Crónica España.

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"La industria agroalimentaria se adapta ante los aranceles de Trump con nuevos mercados y estrategias de emergencia."

El desafío de los posibles aranceles a productos agrícolas españoles, como el aceite de oliva, el vino y diversas legumbres en conserva, se cierne sobre la industria agroalimentaria del país.

En un contexto marcado por la inestabilidad económica internacional, la industria española debe adaptarse a las amenazas que provienen de la Administración de Donald Trump. Un reciente informe titulado 'La América First de Trump impacta en el sector agroalimentario', elaborado por la Oficina Alimentaria de LLYC, destaca que la búsqueda de nuevos mercados y la innovación son claves en esta coyuntura.

Trump ha anunciado, en términos que no dejan lugar a dudas, la posibilidad de implementar un impuesto del 200% a todos los vinos y productos alcohólicos de la Unión Europea si no se retira el arancel del 50% impuesto al whisky y bourbon estadounidense. Esta amenaza ha generado preocupación y ha llevado a los expertos a sugerir a las empresas españolas que desarrollen planes de contingencia para fortalecer su cadena de suministro.

La estrategia a adoptar, según los analistas, pasa por establecer acuerdos dentro de la UE y explorar mercados alternativos como Asia-Pacífico y América Latina. Esta diversificación busca disminuir la dependencia del mercado estadounidense, en el que países como China, Japón y Brasil ofrecen nuevas oportunidades para las exportaciones.

El informe también resalta que la postura proteccionista del presidente Trump podría resultar en un impulso a la innovación para el sector agroalimentario europeo. La presión por competir con productos locales en el mercado estadounidense puede llevar a las empresas españolas a destacar su compromiso con la autenticidad y la responsabilidad social.

Con esta perspectiva, los protagonistas del sector enfatizan la importancia de posicionar los productos españoles como ejemplos de "calidad, seguridad y sostenibilidad", a través de certificaciones y prácticas que sean verificables.

Además, la consultora aboga por la necesidad de aumentar la autonomía del sector mediante acciones coordinadas, apoyándose en recursos de organizaciones como la OMC y en el marco del multilateralismo que promueve la UE.

Por otro lado, el saldo comercial del sector agroalimentario con Estados Unidos fue, el año anterior, un récord positivo para España, alcanzando los 1.710 millones de euros en exportaciones. En este contexto, el aceite de oliva emerge como el producto más destacado, con exportaciones que superan los 1.013 millones de euros, seguido por el vino y el mosto, que alcanzan los 334,8 millones de euros, y que ahora enfrentan la amenaza de un arancel del 200%.

La incertidumbre también afecta a otros productos emblemáticos de la gastronomía española, como el jamón ibérico, el cordero y la carne de ganado vacuno de alta calidad, los cuales podrían verse igualmente perjudicados según el estudio de la consultora.

Es importante recordar que en 2018, la Administración Trump ya había impuesto aranceles sobre productos europeos valorados en aproximadamente 7.000 millones de euros, afectando a 113 productos de la agroindustria española. Estas medidas provocaron una caída del 80% en la cuota de mercado del aceite de oliva en Estados Unidos, beneficiando a competidores como Marruecos y Turquía.

Fernando Moraleda, director de la oficina alimentaria de LLYC, ha subrayado la necesidad de que Europa refuerce su autonomía estratégica ante estos desafíos, calificada como fundamental para el sector agroalimentario. Moraleda ha afirmado, con firmeza, que España debe desempeñar un papel vital en esta estrategia dada su rica historia y diversidad alimentaria, así como la alta calidad y competitividad de sus productos, transformando los riesgos en oportunidades para la industria exportadora.