La Audiencia de Barcelona ha confirmado la prisión provisional del futbolista Dani Alves, acusado de agredir sexualmente a una chica en la discoteca Sutton. La defensa del jugador argumentó en una vista que si salía de prisión no huiría porque pretende vivir con sus hijos en Barcelona, donde los ha empadronado y los quiere escolarizar, algo que la acusación particular consideró "un proyecto de vida ficticio".

El tribunal ha rechazado por segunda vez un recurso de Alves para quedar en libertad provisional hasta el juicio.

Los jueces afirman que los indicios que hace tres meses les parecieron suficientes para mantener a Alves en prisión provisional permanecen inalterables, e incluso han sido confirmados por las diligencias realizadas en la instrucción del caso desde entonces. El informe sobre las huellas en el lavabo donde se denunció la agresión, que no coinciden con la postura que Alves explicó en su declaración, también ha pesado en la decisión de mantenerlo en prisión.

Acusaciones y defensa han apoyado sus argumentos en las grabaciones de las cámaras de seguridad de la discoteca, que cada uno interpreta de forma diferente para respaldar su versión. El tribunal señala que esta controversia se abordará en el juicio, no ahora durante la instrucción.

Los jueces recalcan que el comportamiento de la chica, aun siendo festivo y cercano al jugador, no puede justificar una agresión sexual. Además, subrayan que lo que ocurriera antes de que entraran al baño no determina que la chica hubiera consentido tener relaciones sexuales.

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