
MADRID, 21 de marzo. El emblemático caso del narcotraficante gallego José Ramón Prado Bugallo, conocido como Sito Miñanco, está a un paso de su desenlace tras la última sesión del juicio celebrado en la Audiencia Nacional. Este viernes, el 'narco' aprovechó su última intervención para lanzar duras críticas hacia ciertos miembros de las fuerzas del orden, a quienes acusó de actuar con la intención de obtener una condena a toda costa, sin tener en cuenta la veracidad de los hechos narrados en los atestados policiales.
Con la etapa final de este extenso proceso, que ha durado cuatro meses y ha incluido la declaración de aproximadamente 50 acusados, se ha cerrado la vista oral. En el banquillo ha estado no solo Sito Miñanco, sino también el abogado Gonzalo Boye, quien se enfrenta a cargos relacionados con una operación de blanqueo, en la cual se intentó recuperar 890.000 euros que fueron confiscados en el aeropuerto de Barajas y que se presume pertenecía a la red del narcotraficante gallego.
Durante su intervención, Sito Miñanco, quien había señalado previamente al fiscal por engañar en su acusación, reiteró esta acusación con énfasis, desatando la sorpresa del juez Alfonso Guevara, quien le recordó en varias ocasiones que su última palabra no era un nuevo juicio. Miñanco, armado con notas escritas a mano y gráficos, intentó demostrar su inocencia mediante cálculos sobre la imposibilidad de que las lanchas rápidas estuvieran ubicadas en puntos específicos del océano, dado su trayecto de transporte de más de tres toneladas de cocaína a bordo del buque Thoran.
Además, el narcotraficante cuestionó la precisión de los seguimientos policiales, señalando errores en el informe que lo ubicaban en un lugar y tiempo donde, según él, no podría estar. En particular, destacó que, en una de las fechas mencionadas, se encontraba en el Centro de Inserción Social (CIS) de Algeciras. Al añadir más argumentos sobre las grabaciones presentadas en el juicio, insistió en que muchas de las conversaciones atribuidas a él eran fabricaciones de la Policía.
El juez, tras varios intentos de reducir su intervención, le concedió escasos dos minutos adicionales, tiempo que Sito Miñanco utilizó para expresar su agradecimiento hacia el tribunal por permitirle asistir al juicio en libertad y por el tercer grado que se le había otorgado.
El día también fue testigo de las palabras de Manuel González Rubio, presunto 'correo humano' que fue detenido con 890.000 euros en un vuelo hacia Colombia. González Rubio, en un giro inesperado, pidió disculpas a los agentes de la Policía Nacional que resultaron heridos durante su arresto y manifestó su deseo que el dinero confiscado se utilice para compensar a esos agentes, reafirmando su argumento de que el efectivo era de su propiedad y no pertenecía a la red de Sito Miñanco.
La Fiscalía Antidroga ha solicitado para Sito Miñanco una condena de 31 años y seis meses de prisión, así como una multa que asciende a 950 millones de euros, debido a sus actividades vinculadas al tráfico de drogas, blanqueo de capitales y falsificación de documentos. En el caso de Gonzalo Boye, la pena podría llegar a ser de 9 años y 9 meses, además de una multa de 2,7 millones por blanqueo y falsificación.
Este juicio está relacionado con la 'operación Mito', que se centra en la organización que presuntamente lideraba Sito Miñanco, acusada de intentar introducir en España más de 4.000 kilos de cocaína en dos ocasiones fallidas desde 2016. La red se dedicaba a la importación y distribución de drogas, así como al blanqueo de capitales, a pesar de que el narcotraficante se encontraba en un régimen de tercer grado penitenciario por una condena anterior.
Durante este tiempo, se argumenta que Miñanco continuaba con sus actividades delictivas, utilizando contactos de confianza en el narcotráfico y contando con una infraestructura logística a su disposición. En su escrito, la Fiscalía notificó que Sito Miñanco había hecho del narcotráfico su modus vivendi, a pesar de sus antecedentes penales y del evidente desprecio por su rehabilitación social.
La naturaleza de la red del narcotraficante era tal que todas las decisiones cruciales eran tomadas por él, mostrando que, pese a las restricciones de su situación penitenciaria, seguía ejerciendo el control de su organización. La policía logró interrumpir dos incursiones importantes que pretendían introducir grandes cantidades de cocaína en el país, lo que pone de manifiesto la eficacia del seguimiento policial en este caso.
Una de estas detenciones se produjo en octubre de 2017, cuando se interceptó el buque Thoran con 3,3 toneladas de cocaína. La segunda operación clave ocurrió en noviembre del mismo año, durante la cual se confiscó un contenedor que ocultaba 615 kilos de droga en los Países Bajos.
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