Crónica España.

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Irlanda del Norte en crisis política tras 25 años de Acuerdos de Viernes Santo.

Irlanda del Norte en crisis política tras 25 años de Acuerdos de Viernes Santo.

En 1998, tras tres décadas de conflicto, el Úlster culminó un histórico acuerdo: los Acuerdos de Belfast, que serían conocidos como los Acuerdos de Viernes Santo por la fecha en que se firmaron. Actualmente, dicho consenso se tambalea debido a los efectos políticos colaterales que ha supuesto la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

El conflicto se remonta a los años veinte, cuando la isla de Irlanda se dividió en dos: un país homónimo independiente y una zona septentrional vinculada a Reino Unido. Los unionistas triunfaron entonces sobre los republicanos, los cuales querían integrarse en la Irlanda independiente.

El conflicto político y social provocó la creación de grupos armados: la Fuerza Voluntaria del Úlster por parte de los unionistas y el Ejército Republicano Irlandés en el bando republicano. De esta manera, comenzaron Los Problemas, un conflicto que se saldó con la pérdida de más de 3.500 vidas andantes. Estos acuerdos buscaban un nuevo marco de convivencia política que tuviera en cuenta la complejidad de la sociedad Úlster, en la que había divisiones incluso en cuanto a cuestiones religiosas.

Los Acuerdos de Viernes Santo sentaron las bases para un marco de respeto entre ambas partes, lo que dio lugar a un nuevo Parlamento con sede en Belfast y un Gobierno de coalición obligatorio. Los nacionalistas y los republicanos debían sentarse a la misma mesa, liderados por el Partido Unionista Democrático y el Sinn Féin, brazo político del IRA. Los grupos armados renunciaron a la violencia y se produjeron excarcelaciones. Por otra parte, Londres aceptó renunciar a gran parte de su presencia militar como gesto de distensión y la mediación de Estados Unidos, entonces presidido por Bill Clinton, fue clave en estas negociaciones. Los principales responsables políticos de Irlanda y Reino Unido, Tony Blair y Bertie Ahern, rubricaron los acuerdos. En 1998, el Comité Noruego reconoció estos esfuerzos políticos y les otorgó el Nobel de la Paz, a la personalidad irlandesa John Hume y el norirlandés David Trimble.

Aunque los principales líderes armados accedieron a deponer las armas, las escisiones internas del IRA aún crean amenaza en la zona. En marzo de este año, el Gobierno británico ha elevado a la alerta antiterrorista por la aparición de grupos rebeldes. Desde la firma de los Acuerdos de Viernes Santo, han habido 158 víctimas mortales por actividades paramilitares.

En la actualidad, la situación en Irlanda del Norte es diferente a la de hace 25 años. Según el censo de 2022, más personas se identifican como católicos que como protestantes. En los comicios parlamentarios de mayo, por primera vez, el Sinn Féin obtenía el mandato, relegando al DUP, que siempre había liderado la región.

El Brexit de 2016 ha marcado un antes y un después en la zona. El Gobierno británico y la Comisión Europea idearon el Protocolo de Irlanda del Norte, que permitía vincular la región al mercado común europeo pero que también establecía controles en el comercio con Inglaterra, Escocia y Gales. El recelo unionista hacia estos controles causó un bloqueo político en la región, que carece de gobierno desde las últimas elecciones, y llevó a la constitución del Marco de Windsor. El DUP aún debe decidir si acepta su propuesta o si vuelve a tender puentes con el Sinn Féin.