
Un informe reciente ha puesto de relieve una aparente "estabilización" en la llegada de cocaína al territorio nacional, a pesar del preocupante uso intensivo de narcolanchas de alta velocidad que operan en el frente Atlántico. Esta situación plantea interrogantes sobre la efectividad de las estrategias de seguridad implementadas para combatir el narcotráfico.
El Informe Anual de Seguridad Nacional, presentado por el Departamento de Seguridad Nacional (DSN) y al cual ha tenido acceso Europa Press, ha señalado un incremento en la percepción de inseguridad en el sur de España, especialmente en la región del Campo de Gibraltar, donde la violencia asociada a grupos criminales dedicados al tráfico de drogas ha aumentado de manera alarmante.
Según este informe, la violencia ha alcanzado niveles que han resultado en la trágica muerte de agentes de la Guardia Civil, quienes enfrentan a narcotraficantes dispuestos a todo para proteger sus cargamentos y obstaculizar las labores de las fuerzas de seguridad. Esta realidad ha llevado a un refuerzo de los esfuerzos en materia de seguridad en esta zona costera.
El uso de narcolanchas ha crecido considerablemente en 2024, según el DSN, lo que representa un reto significativo para las Fuerzas de Seguridad. Este tipo de embarcaciones se han convertido en la segunda vía más utilizada para el contrabando de cocaína, tras los contenedores marítimos. Las organizaciones criminales emplean una variedad de barcos y tecnologías de navegación para sortear los controles y transportar drogas a las costas españolas.
En el contexto de estas actividades, el informe destaca la incautación de más de 13 toneladas de cocaína en el puerto de Algeciras, procedente de Ecuador, el mayor decomiso por contenedor en la historia del país y el segundo en Europa. Además, se ha informado de la interceptación de semisumergibles utilizados en estas operaciones y la detención de sus tripulantes.
El análisis del DSN sugiere que, a pesar del aumento en la violencia y la actividad narcotraficante, la tendencia alcista en las incautaciones de cocaína iniciada durante la pandemia de Covid-19 parece estar estabilizándose en 2024. Los puertos de Barcelona, Valencia, Algeciras y Vigo siguen siendo los más afectados, destacando la consolidación de rutas marítimas desde América del Sur y Central hacia Europa, lo que requiere una atención especial en la lucha contra el narcotráfico.
Asimismo, el informe ha puesto de manifiesto que las técnicas de contrabando están evolucionando, con intentos cada vez más frecuentes de introducir cocaína a través de aeropuertos, tanto en vuelos comerciales como privados, además de un incremento en la confiscación de otras sustancias ilícitas como metanfetaminas y MDMA.
En lo que respecta a la marihuana, los datos provisionales indican una reducción en las incautaciones en comparación con 2023, coincidiendo con la implementación de un Plan Especial de Seguridad para el Campo de Gibraltar, que está promoviendo un cambio en las rutas de tráfico de hachís y otros productos.
Contrariamente, la incautación de plantas de cannabis ha mostrado un ligero aumento, en medio de una notable disminución en años anteriores. Aunque los cultivos en exterior están desapareciendo, el tráfico de marihuana para financiar otras actividades ilícitas persiste, combinándose con otros tipos de drogas y sustancias químicas.
Por otro lado, el informe hace eco de las preocupaciones internacionales sobre la reducción de plantaciones de opio en Afganistán, sugiriendo que esto está influyendo en las incautaciones en España. A la par, se mantiene alerta ante la posible llegada de opioides sintéticos que representan un riesgo creciente para la salud pública, especialmente la preocupación por el fentanilo y otros compuestos cada vez más potentes.
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