
ALBACETE, 14 Jul. - El presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se ha mostrado contundente este lunes al criticar el acuerdo de financiación entre el Gobierno de España y la Generalitat, que prevé la transferencia del 100% del IRPF. Su intervención destaca por la firmeza con la que pide que la ciudadanía no sea engañada por maniobras políticas.
García-Page subrayó que resulta increíble que la discusión sobre financiación se reduzca a una simple negociación que, a su juicio, se utiliza para satisfacer “favores” y “chantajes”, obviando así el principio de igualdad que debería prevalecer en el estado español. Desde Pozo Lorente, donde inauguró la Escuela Infantil 'Las Amapolas', enfatizó que la financiación de las autonomías es vital para garantizar un estado del bienestar para todos, sin distinción de donde se viva.
El presidente criticó el uso de términos confusos por parte de algunos actores políticos y destacó que “no nos engañen, que no nos tomen por tontos”. García-Page considera que el actual debate sobre financiación es promovido por aquellos que buscan fragmentar España. “Si este asunto no viniera de las voces independentistas, estaríamos dialogando juntos para avanzar como nación”, argumentó.
García-Page presentó una hipótesis reveladora: si la Comunidad de Madrid hubiese propuesto la cuestión que hoy se discute en Barcelona, aquellas comunidades que ahora apoyan el acuerdo estarían rechazándolo por considerarlo dañino para la equidad entre regiones. “La realidad es clara y no debemos aceptar eufemismos que confundan la verdad”, añadió.
El presidente también expresó su preocupación por un cambio de modelo en el que sean las comunidades autónomas las responsables de la redistribución de recursos, dejando al Estado en una posición de mendicidad en cuanto a la financiación de gastos comunes. “En Castilla-La Mancha no somos ingenuos; sabemos lo que queremos”, afirmó enfáticamente.
Además, alertó sobre la estrategia de los independentistas, quienes buscan tener un trato privilegiado. “Ellos son conscientes de sus objetivos y buscan ventajas sistemáticas”, señaló. García-Page rechaza la idea de utilizar el concepto de una España plural como excusa para justificar desigualdades regionales y se mostró comprometido a no caer en trampas ideológicas.
En su intervención, García-Page insistió en que antes de negociar con cada autonomía de manera separada, sería fundamental que todas las partes se unan en el diálogo. Esta aspiración ha sido una constante desde que asumió la presidencia hace una década, y esperó que se pueda establecer un marco de conversación conjunta.
El presidente expresó su asombro de que el primer debate sincero sobre financiación se produzca en un contexto cargado de intereses particulares y divisiones. Por otra parte, alabó la idea de que cada quien que más tiene, más aporta, aplicando este principio no sólo a individuos y empresas, sino también a territorios. Denunció que ignorar esta lógica es un intento de subestimar la inteligencia de los ciudadanos.
Finalmente, aplaudió la autonomía que permite a las regiones defender sus intereses libremente. “Mi lealtad está por encima de cualquier partido político; estoy aquí por mi tierra, que es mi verdadero compromiso”, concluyó García-Page.
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