En Madrid, el 30 de diciembre ha sido un día de profundas emociones para Gabriela Guillén, ya que este día marca el primer cumpleaños de su hijo, el cual coincide con un estado de salud delicado que está atravesando el pequeño. La empresaria comenzó las celebraciones desde el día anterior, rodeada de familiares que han llegado desde Paraguay para compartir con ella y su hijo en estas fechas navideñas tan significativas.

No obstante, la alegría del día se ve empañada por la preocupación por la salud del niño. "Está malito, está malito, está malito del oído, pero esperamos que con la medicación se le pase", comentaba Gabriela con visible inquietud al salir del médico tras llevar a su pequeño a una consulta médica. La preocupación es natural en cualquier madre, y su expresión refleja el peso emocional de la situación.

Ante el difícil panorama, Gabriela se mostró incierta sobre si podría llevar a cabo la celebración del cumpleaños tal como había planeado: "Sí, pero... Vamos a ver cómo se encuentra él. Primero que esté bien, lo más importante es su salud", afirmaba, mostrando su sabiduría al priorizar el bienestar de su hijo por encima de cualquier festividad.

En este contexto especial, la notable ausencia de una felicitación por parte de Bertín Osborne, padre del niño, ha acaparado la atención mediática. No obstante, Gabriela se mantuvo reservada respecto a si el cantante había tenido algún tipo de contacto con ellos: "No he comentado nada al respecto. Él sabe, todo el mundo sabe que es su cumpleaños. Quien quiera felicitarlo, que lo haga; quien no, pues ya está". Con una voz firme, agregó: "Tampoco es que esté invitado. Lo importante es que se preocupe por él".

A pesar de las circunstancias adversas, Gabriela encara este día de celebración con una actitud de gratitud y esperanza, compartiendo sus anhelos para el próximo año: "Deseo tener mucho trabajo, salud, tranquilidad y sobre todo paz". Al referirse a su hijo, su emoción es palpable: "Es lo mejor que me ha pasado en la vida", enfatiza con orgullo y cariño.

Finalmente, no escatima en resaltar la fortaleza y carácter del pequeño, a quien describe con admiración: "Es enorme, si lo han visto, es maravilloso. Se porta muy bien, es un niño excepcional". Este amor incondicional que siente por su hijo culmina en un reflejo de felicidad que, a pesar de los desafíos que ha enfrentado a lo largo del año, jamás ha disminuido.