Valencia, 8 de octubre. En un reciente desarrollo judicial, la jueza de la Plaza número 8 de la Sección Civil y de Instrucción del Tribunal de Instancia de Llíria ha decidido procesar al futbolista Rafa Mir por agresión sexual, un caso que involucra a una joven que conoció en una discoteca de la ciudad el año pasado. Además de Mir, otro compañero, Pablo, también ha sido procesado.

Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana han confirmado que la magistrada ha determinado llevar a juicio a ambos procesados por delitos de agresión sexual; en el caso de Rafa Mir, se le imputa específicamente el acceso carnal y el uso de la fuerza.

Tras revisar las pruebas y testimonios recopilados durante la instrucción del caso, la jueza ha encontrado evidencias suficientes que apuntan a que Mir agredió sexualmente en dos ocasiones a una de las jóvenes que él y sus amigos conocieron en un establecimiento nocturno de Valencia.

Los presuntos hechos ocurrieron en la madrugada del 1 de septiembre de 2024 en la residencia de Rafa Mir, situada en una urbanización de Bétera, un municipio en Valencia, específicamente en la piscina y en un baño de la propiedad.

En relación a Pablo, la jueza también ha detectado indicios de su participación en un delito de agresión sexual sin acceso carnal, así como un delito leve de lesiones, ambos en conexión con una segunda joven, en la misma piscina donde se desarrollaron los eventos que involucran a Rafa Mir.

Con el objetivo de asegurar que ambos procesados puedan responder a sus obligaciones civiles en el eventual caso de que sean condenados, la jueza ha impuesto a Rafa Mir una fianza de 12.500 euros y a Pablo una fianza de 5.000 euros.

La magistrada ha convocado a ambos para que realicen su declaración indagatoria el próximo 13 de octubre, aunque se ha acordado que Rafa Mir comparezca de manera telemática a petición de su equipo legal.

Los procesados fueron detenidos a principios de septiembre por la supuesta agresión sexual. Posteriormente, el juzgado los dejó en libertad provisional, imponiéndoles medidas cautelares, ya que ninguna de las partes solicitó prisión preventiva.

Una mujer de 25 años presentó la denuncia que llevó a la detención de Rafa Mir, en la que alegaba haber sufrido una agresión sexual junto a otra joven de 21 años en el domicilio del futbolista.

Después de su liberación, Rafa Mir negó las acusaciones y solicitó que se respetara su presunción de inocencia, basada en principios arraigados tanto en la Constitución Española como en la Directiva europea 2016/343. Su defensa afirmó que el proceso judicial esclarecería los hechos y demostraría que las acusaciones carecen de fundamento.