Crónica España.

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Francia refuerza su relación con Marruecos respecto al Sáhara Occidental, aumentando fricciones con Argelia.

Francia refuerza su relación con Marruecos respecto al Sáhara Occidental, aumentando fricciones con Argelia.

Las relaciones entre Argelia y Francia están atravesando uno de sus períodos más tensos en décadas, un fenómeno que no es simplemente el resultado de acontecimientos recientes, sino que se enraíza en cuestiones históricas que provienen de la época colonial.

El reciente aumento de las hostilidades entre ambas naciones ha sido especialmente visible en el intercambio de acusaciones, exacerbado por el acercamiento de Francia a Marruecos en lo que respecta a la controversia sobre Sáhara Occidental. Este punto caliente ha reavivado viejas rencillas que aún pesan en las relaciones bilaterales, llevándolas a un estado crítico.

En las últimas semanas, se han arrestado a varios argelinos en Francia por supuestas acciones que incitan a la violencia. Este acontecimiento siguió a la detención en noviembre del conocido autor franco-argelino Boualem Sansal, quien ha sido crítico con el régimen de Argelia y al que se le acusó de realizar actos subversivos, lo que provocó la indignación entre los funcionarios franceses.

París ha condenado la represión de activistas en Argel, lo que ha derivado en un llamado a revisar los acuerdos bilaterales, en particular en lo que respecta a los términos de inmigración, convencido de que Argelia ha incumplido diversos compromisos previos.

Este distanciamiento ha sido amplificado por la negativa de Argelia a recibir de vuelta a ciudadanos argelinos que fueron expulsados desde Francia. Esta situación ha llevado a París a implementar restricciones de viaje sobre funcionarios argelinos, una medida calificada como "provocativa" por parte de Argelia, que ha prometido responder de manera similar.

Las raíces de esta crisis son profundas y se vinculan en gran medida a las diferencias sobre políticas en el Sahel y la cuestión del Sáhara Occidental, un territorio que históricamente ha sido objeto de disputas entre Argelia y Marruecos. La reciente aceptación por parte de Francia del plan de autonomía de Marruecos ha generado gran discontento en Argelia, que ha advocate por la independencia de la región desde hace años.

La tensión se ha intensificado desde que el presidente francés, Emmanuel Macron, expresó en julio de 2024 su respaldo a la soberanía de Marruecos sobre Sáhara Occidental, lo cual fue interpretado como un movimiento unilaterar por parte de Argelia, que busca una solución duradera al conflicto.

La postura de Macron fue respaldada por declaraciones anteriores de España, lo que ha dejado a los líderes argelinos en una situación defensiva, acusando a Francia y Marruecos de poner a los saharauis en una posición desfavorable. El presidente argelino, Abdelmayid Teboune, ha criticado duramente esta narrativa y ha relacionado el plan de autonomía marroquí con intereses franceses.

Este escenario se ha complicado aún más con visitas recientes de altos funcionarios franceses a Sáhara Occidental, lo que ha incrementado las tensiones ya existentes, dado que Argelia y el Frente Polisario denuncian que el proceso de descolonización no se está respetando.

Paralelamente, se han anunciado maniobras militares conjuntas entre Francia y Marruecos, lo que ha llevado a Argelia a convocar a su embajador en París en una clara señal de protesta, advirtiendo que estas acciones solo agravarán la crisis diplomática.

La historia colonial sigue siendo una herida abierta que afecta profundamente las relaciones bilaterales. Desde la declaración de Macron en 2021, la tensión ha escalado significativamente, recordando a muchos argelinos la dolorosa historia de la colonización, la cual nubló las relaciones entre ambos países durante generaciones.

La nacionalización de los recursos naturales de Argelia en 1971 por parte de Huari Bumediene es otro de los hitos que ha marcado los vínculos entre ambos países, al igual que la legislación adoptada en 2005 que abordó el legado colonial de Francia, lo que llevó al Gobierno argelino a exigir disculpas a un país que estuvo presente en su suelo por más de un siglo.

Estas disputas históricas, sumadas a la falta de reconocimiento por parte de Francia de sus crímenes coloniales, han resurgido recientemente en el contexto actual, donde Argelia ha considerado la posibilidad de legislar en contra del colonialismo, lo que podría abrir la puerta a un debate sobre reparaciones.

Afrontamos así un futuro en el que la tensión entre ambos países parece destinada a intensificarse, sobre todo debido a la búsqueda de Francia de un acercamiento con Marruecos, lo que complicará aún más la situación del Sáhara Occidental y la independencia de sus habitantes.