
En un giro sorprendente de los acontecimientos en la política europea, el primer ministro eslovaco, Robert Fico, ha realizado este domingo una visita inesperada a Moscú para reunirse con el presidente ruso, Vladimir Putin. Este encuentro, que marca una anomalía notable dado el contexto de tensiones entre Rusia y la Unión Europea, tuvo como principal tema de discusión el suministro de gas ruso a Eslovaquia, una cuestión de creciente importancia para el pequeño país centroeuropeo.
Fico, quien manifestó que ya había informado a los más altos representantes de la UE sobre su viaje y propósito el pasado viernes, argumentó que esta reunión era crucial a raíz de las recientes declaraciones del presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski. Zelenski se opone a cualquier tránsito de gas a través de su país hacia Eslovaquia, una postura que, según Fico, afecta directamente los intereses económicos de su nación. Este mensaje fue comunicado por el primer ministro a través de su perfil de Facebook.
El líder eslovaco no escatimó en advertencias sobre las implicaciones económicas de las acciones ucranianas. "Las actitudes del presidente ucraniano, que también aboga por sanciones contra el programa nuclear ruso, son perjudiciales para Eslovaquia y amenazan la producción de electricidad en nuestras centrales nucleares, lo cual resulta inaceptable", señaló. Fico afirmó que Putin ha garantizado la disposición de Rusia para continuar el suministro de gas a Occidente y, por ende, a Eslovaquia, aunque hizo hincapié en que esta posibilidad podría volverse inviable tras el 1 de enero de 2025, ante la política de Zelenski.
La reunión entre Fico y Putin también abarcó la situación bélica en Ucrania, con ambos líderes intercambiando impresiones sobre las posibilidades de un pronto acuerdo de paz y la intención del gobierno eslovaco de normalizar las relaciones con la Federación Rusa. Cabe destacar que esta es la primera vez desde el inicio de la invasión rusa hace más de dos años que un representante de Eslovaquia visita Moscú.
Por su parte, el presidente ucraniano, Zelenski, ha calificado de "vergonzoso" que Eslovaquia ponga en la balanza los costos asociados a la interrupción del tránsito de gas y petróleo ruso mediante el oleoducto Druzhba, que Kiev planea cerrar a partir de enero de 2025. Esta infraestructura es vital para el suministro energético de Eslovaquia, Hungría y República Checa, y Zelenski subrayó que Ucrania también está sufriendo grandes pérdidas en términos de vidas humanas a consecuencia de la invasión.
Es importante recordar que el acuerdo sobre el tránsito de gas entre Rusia y Ucrania culminará a finales de 2024. A pesar de las múltiples oportunidades ofrecidas para prorrogar el acuerdo, Kiev ha rechazado sistemáticamente esta opción desde que estalló la invasión rusa el 24 de febrero de 2022. Hasta ahora, Ucrania ha logrado mantener el funcionamiento del oleoducto a pesar del conflicto, aunque ha advertido en reiteradas ocasiones que no renovará el contrato una vez que expire.
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