Crónica España.

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El Papa condena en Córcega las guerras y la corrupción ante 7,000 fieles.

El Papa condena en Córcega las guerras y la corrupción ante 7,000 fieles.

En un significativo viaje, el Papa Francisco recibió un regalo especial a bordo del avión que lo llevó a Córcega: una escultura de un ángel proveniente de la parroquia de Picanya, Valencia. Esta obra de arte no es solo un obsequio; tiene un profundo significado, ya que se entrega "en memoria de los fallecidos", en un esfuerzo por honrar a aquellos que perdieron la vida en recientes inundaciones en la región.

Durante su visita, el Santo Padre celebró una misa en la plaza de Austerlitz, en Ajaccio, donde se congregaron cerca de siete mil personas. En este importante evento, Francisco reflexionó sobre las sombrías realidades que enfrenta nuestro mundo, entre ellas las guerras, la corrupción y la violencia, contrastándolas con la "esperanza segura" que se encuentra en Dios.

El Papa lamentó en su homilía que, "hermanos y hermanas, sabemos bien que no faltan motivos graves de dolor entre las naciones: miseria, guerras, corrupción, violencia". Ante tales adversidades, propuso sostener la "esperanza segura, que no desencanta, porque el Señor viene a habitar entre nosotros", brindando un mensaje de fe y optimismo a sus fieles.

Además, el Pontífice enfatizó la importancia de la renovación constante dentro de la Iglesia, indicando que quienes se consideran justos "no se renuevan". En su discurso, Francisco subrayó que "los lejanos se vuelven cercanos cuando Cristo se hace cercano a nosotros”, iluminando el camino hacia la comunión cristiana.

En otro fragmento de su mensaje, el Papa destacó que quien se ocupa de pensamientos egocéntricos, pierde la alegría del espíritu, y en lugar de velar con esperanza, sucumbe a la duda sobre el futuro. Criticó a aquellos que, enfocados en proyectos terrenales, no esperan la obra de la Providencia.

El Papa también denunció los males espirituales que proliferan en nuestra sociedad moderna, especialmente en un contexto invadido por el consumismo. "Cuán difundidos están hoy estos males espirituales!", clamó, advirtiendo que "una sociedad así envejece insatisfecha porque no sabe dar; quien vive para sí mismo nunca será feliz".

Para combatir esta insatisfacción, Francisco defendió vigorosamente el papel de la religiosidad popular, animando a la oración del Rosario y a la acción de las cofradías. "Exhorto a los miembros de las cofradías a mostrarse siempre cercanos y disponibles, especialmente con los más vulnerables", indicó, instando a todos a hacer de la fe una acción viva en la caridad.

El 15 de diciembre marcó la visita de Francisco a Córcega, donde se llevó a cabo una conferencia organizada por la diócesis de Ajaccio sobre 'Religiosidad popular en el Mediterráneo'. Esta jornada, que duró aproximadamente doce horas, comenzó a las 9:00 con su llegada al aeropuerto de Ajaccio y concluyó con su regreso a Roma alrededor de las 19:00.

Durante el vuelo a Córcega, el Papa recibió la escultura del ángel, un gesto de solidaridad que demuestra el alcance de la comunidad católica. Esta escultura, que representa un ángel sin cabeza ni alas en postura de adoración, fue un símbolo de unión tras las devastadoras inundaciones que afectaron a Valencia. Junto al regalo, el vicario episcopal del área metropolitana de Valencia, Jesús Corbí, le envió una carta explicando el significado profundo de la escultura, recordando a las víctimas y expresando gratitud a los voluntarios que han apoyado a los afectados.

Francisco comentó que leerá la carta con calma y que sigue rezando por las víctimas de la DANA que causó estragos en varias provincias de España, especialmente en Valencia, a finales de octubre. Esta visita no solo representa un momento de reflexión, sino también una oportunidad para fortalecer la fe y la solidaridad entre los creyentes.

Es importante destacar que esta ha sido la primera visita realizada por un Papa a la isla de Córcega, y la tercera en Francia durante el papado de Francisco, tras sus eventos en Estrasburgo en 2014 y en Marsella en 2023. La relevancia de estas visitas resalta el compromiso del Santo Padre de estar presente en momentos cruciales y de promover la unidad y la esperanza en el mundo.