En una comparecencia reciente ante el Senado, el coronel Francisco José Vázquez, líder de los Servicios de Información de la Guardia Civil, realizó declaraciones que dejan entrever serias dudas sobre la gestión del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en lo que respecta a la condecoración de ciertos individuos involucrados en actividades controvertidas. Vázquez subrayó que hasta el momento de la detención de Koldo García y Víctor de Aldama en febrero, realmente no sospechaba de ninguno de ellos.

Durante la sesión de investigación, el coronel también defendió la decisión de otorgar medallas a estos colaboradores, y señaló que Aldama estuvo involucrado en una actividad de tiro en un centro de entrenamiento de la Guardia Civil en La Rioja. Reconoció que el vínculo con Aldama se había iniciado a finales de 2017, aunque subrayó que considerarlo amigo no era adecuado debido a la naturaleza profesional de su relación.

Además, en un claro intento de deslindar responsabilidades, Vázquez dejó en claro que ni Marlaska ni el exministro Juan Ignacio Zoido intervinieron en la otorgación de condecoraciones, eludiendo así cualquier implicación del alto mando del Ministerio del Interior en estas decisiones polémicas. El coronel parece querer poner en evidencia la falta de vigilancia adecuada en torno a estos colaboradores, sugiriendo que la responsabilidad debe recaer en quienes estaban en posiciones de supervisión en ese momento.

En el transcurso de su testimonio, Vázquez justificó la participación de Aldama en acciones que, según él, se encuadran dentro de las relaciones comunes con agencias extranjeras, como la CIA y el FBI. Este punto ha suscitado inquietud, ya que parecería que la Guardia Civil habría permitido que un individuo asociado con una trama delictiva participara en actividades de este tipo. No obstante, Vázquez se mostró cauteloso al afirmar que Aldama no estaba realmente "entrenando" de forma formal, sino que se encontraba en un entorno más casual, lo que levantó una serie de interrogantes sobre la supervisión del uso de armamento por parte de personas ajenas a la institución.

El coronel Vázquez también manifestó su descontento por equiparar la cuestión del uso de armas, a pesar de que Aldama gozaba de licencias pertinentes para su uso. A partir de ahí, reforzó su compromiso hacia la colaboración entre cuerpos de seguridad y la sociedad civil, recalcando su satisfacción por estas relaciones, pero sin evitar la sombra de la desconfianza que se cierne tras las recientes detenciones.

En cuanto al proceso de investigación sobre los vínculos de García y Aldama con la Guardia Civil, Vázquez declaró que el comandante Rubén Villalba fue quien propuso la condecoración a Aldama y que, hasta que se destaparon los hechos, no existían sospechas de implicación en actividades ilegales. Sin embargo, este argumento fue rápidamente cuestionado por otros miembros de la comisión.

Entre la serie de explicaciones que ofreció, Vázquez quiso demostrar que la medalla otorgada a Aldama en 2022 se basaba en motivos altruistas, incluyendo su participación en una carrera solidaria. Pero las justificaciones continuamente eran matizadas por la gravedad de las acusaciones que se ciernen sobre estas personas. Para aumentar la incredulidad sobre la situación, el coronel calificó de "fábula" la afirmación de que Aldama estaba en posesión de teléfonos encriptados, señalando que toda la comunicación era a través de medios comunes, algo que lógicamente suscita dudas sobre la eficacia del Servicio de Información.

Sus comentarios finales hicieron alusión a una supuesta falta de comunicación sobre las implicaciones de Aldama que no se hicieron evidentes hasta mucho más tarde, insinuando que la debilidad en el sistema de detección y respuesta a las amenazas es uno de los errores más graves de la organización. Este testimonio hace eco de preocupaciones más amplias sobre la integridad y vigilancia dentro de las fuerzas de seguridad, lo que plantea serias cuestiones que deben abordarse de inmediato.