En un movimiento histórico que refleja las crecientes preocupaciones de seguridad en Europa, el Gobierno de Dinamarca ha revelado un acuerdo monumental para destinar 58.000 millones de coronas, lo que equivale a aproximadamente 7.800 millones de euros, a la adquisición de armamento militar. Este anuncio, realizado el pasado viernes, se produce en un contexto internacional marcado por la agresión rusa en Ucrania y las recientes tensiones relacionadas con Groenlandia, especialmente a raíz de las declaraciones del expresidente estadounidense Donald Trump.

La inversión se centra en fortalecer las defensas antiaéreas danesas, un factor que ha cobrado relevancia tras los eventos en Ucrania. El ministro de Defensa, Troels Lund Poulsen, afirmó que la experiencia adquirida a partir del conflicto en Ucrania debe transformarse en una "prioridad absoluta" para Dinamarca, evidenciando así un cambio estratégico hacia una defensa más robusta y efectiva.

En el plan presentado, se contempla la adquisición de sistemas de armamento de largo alcance, priorizando a fabricantes de países europeos como Francia, Italia, Noruega y Alemania, mientras que se excluyen intencionadamente a las empresas estadounidenses. Según el Gobierno danés, esta decisión no solo tiene como objetivo diversificar las fuentes de suministro, sino también asegurar que los plazos de entrega sean considerablemente más rápidos.

Actualmente, Dinamarca invierte alrededor del 3 por ciento de su PIB en defensa, pero se ha comprometido a aumentar esta cifra al 5 por ciento para el año 2035, cumpliendo así con las exigencias establecidas en la reciente cumbre de la OTAN. La primera ministra, Mette Frederiksen, ha manifestado su intención de acelerar este proceso, subrayando la urgencia de fortalecer la defensa nacional en un entorno global cada vez más incierto.