
El exconsejero de la Generalitat, Toni Comín, ha tomado una decisión que recuerda a la táctica empleada por Carles Puigdemont, al recurrir a la recusación de tres magistrados conservadores del Tribunal Constitucional: Enrique Arnaldo, Concepción Espejel y José María Macías. Esta acción, además de ser una muestra de la continua confrontación entre el independentismo y el sistema judicial español, significará un nuevo retraso en el proceso de su recurso de amparo, que busca revertir la negativa del Tribunal Supremo de amnistiarlo por su implicación en el 'procés'.
Comín ha presentado un escrito de recusación en el que alega que estos magistrados carecen de la imparcialidad que exige su posición para tratar su recurso, una justificación que ya había utilizado Puigdemont. Según fuentes jurídicas, este tipo de maniobras procesales no son inusuales en el contexto de la política catalana, donde la percepción de parcialidad por parte de los jueces ha sido un argumento recurrente entre los líderes separatistas.
En el documento presentado por Puigdemont, cuyo contenido se ha hecho público, su abogado critica la relación de Arnaldo y Espejel con el Partido Popular, sugiriendo que sus nombramientos fueron influenciados por esta vinculación política. En este sentido, el letrado menciona que las opiniones previas de Arnaldo reflejan un claro sesgo negativo hacia el expresidente catalán, lo que, según él, compromete la equidad del tribunal durante la deliberación del caso.
Espejel, por su parte, ha sido objeto de críticas por su postura durante su gestión en la Audiencia Nacional, donde dejó clara su opinión de que el referéndum del 1 de octubre de 2017 constituyó un acto delictivo. Para Comín y Puigdemont, estos antecedentes son suficientes para cuestionar su capacidad de juzgar con objetividad.
El exconsejero también han argumentado en contra de Macías, señalando que sus declaraciones públicas y su conocido enfrentamiento con la ley de amnistía, así como su conexión con el magistrado Pablo Llarena, ponen en duda su imparcialidad en este caso.
El Tribunal Constitucional tenía previsto tratar la admisión del recurso de amparo de Puigdemont esta semana, donde se solicitaba urgentemente el levantamiento de la orden de detención nacional que pesa sobre él. Sin embargo, la llegada de estas recusaciones ha complicado el proceso, postergando la decisión acerca de la admisión del recurso por al menos un mes, mientras se evalúan las solicitudes de apartar a los magistrados mencionados.
Expertos jurídicos anticipan que, aunque se admitirá el recurso, es probable que se desestimen las medidas cautelares solicitadas, dada la naturaleza de las recusaciones. Varias voces dentro del Tribunal han comentado que las peticiones de Comín y Puigdemont podrían ser consideradas como tardías y sin fundamento suficiente.
En la sede del Tribunal, ha habido sorpresa ante lo que algunos consideran una maniobra desconcertante por parte de Puigdemont, quien al recurrir a estas recusaciones podría estar dificultando la resolución de su propio recurso de amparo, que se basa en la defensa de sus derechos fundamentales. Este tipo de tácticas añadirá más tensión a un ambiente ya de por sí cargado entre los separatistas y el sistema judicial español.
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