
El Palacio de la Carrera de San Jerónimo se prepara para rendir homenaje a la figura de Clara Campoamor, una de las pioneras del sufragio femenino en España, al inaugurar su retrato circular este martes. Esta obra, que tiene un costo de 11.000 euros y ha sido elaborada por la artista Soraya Triana, marcará el inicio de una serie de retratos de mujeres destacadas que se exhibirán en el vestíbulo del Congreso.
La presidenta del Congreso, Francina Armengol, quien pertenece al PSOE, dio a conocer su plan en marzo de 2024 con el objetivo de aumentar la representación femenina en las paredes del Congreso. Actualmente, fuera de las reinas, la representación femenina se limita a retratos de ex presidentas de la Cámara, lo que ha generado un debate sobre la necesidad de incluir a más mujeres en el espacio público político.
La colección existente de retratos, denominados tondos, ha incluido a figuras principalmente masculinas del siglo XIX, con adiciones recientes como Manuel Azaña y Adolfo Suárez en 2011, bajo la presidencia de José Bono. Sin embargo, bajo el impulso de Armengol, se ha formado un grupo de trabajo para proponer nuevas incorporaciones femeninas, aunque la mayoría de las sugerencias han provenido de los grupos PP, PSOE y Sumar.
El retrato de Campoamor, que se desvelará en un acto conmemorativo del 94 aniversario de la aprobación del sufragio femenino en España, representa un paso significativo hacia la equidad en la representación. Este evento también incluirá una recreación dramatizada de un hipotético encuentro entre Campoamor y su rival político, Victoria Kent, en una obra de Olga Mínguez Pastor.
El plan del PSOE y Sumar contempla la inclusión de un total de nueve mujeres en la galería, comenzando por figuras parlamentarias de la II República, como Victoria Kent, quien abogaba por postergar el derecho al voto femenino, argumentando que podría perjudicar a la República. También se busca reconocer a Margarita Nelken, la única mujer que logró ser diputada en las elecciones de 1931, 1933 y 1936 por el PSOE, aunque eventualmente se unió al PCE durante la Guerra Civil.
En las elecciones de 1933, se eligieron cuatro diputadas, entre las que se encontraban Veneranda García-Blanco, Matilde de la Torre y María Lejárraga, todas ellas representantes sociales. Además, Francisca Bohigas, de la CEDA, se convirtió en la única mujer de su partido elegida por León, resaltando así la diversidad de voces femeninas en la política de la época.
Finalmente, en 1936, se sumaron nuevas representantes como Julia Álvarez Resano y Dolores Ibarruri, conocida como 'La Pasionaria', quien tendría un gran impacto en la política española, tanto en el contexto de la Guerra Civil como en la transición democráfica posterior. Su inclusión como diputada en las Cortes Constituyentes de 1977 simboliza un legado de lucha y compromiso político femenino en España.
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