 
                                        En un informe publicado este viernes por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), se reveló que el Gobierno de Xi Jinping ha otorgado más de 215.000 millones de euros en subsidios a los fabricantes de automóviles chinos entre 2009 y 2023 para acelerar su transformación hacia la movilidad eléctrica.
Este gasto ha experimentado un notable aumento desde 2018 y ha sido destinado en su mayoría a exenciones fiscales, descuentos para compradores, financiación en infraestructura y adquisición de vehículos por parte de las administraciones públicas.
Las estimaciones no incluyen algunos programas de ayuda locales ni subsidios para sectores de la cadena de suministro, lo que ha generado críticas por parte de algunos socios comerciales como Estados Unidos y la Unión Europea.
El fabricante chino de baterías CATL ha sido uno de los principales beneficiarios de estos subsidios, recibiendo un aumento significativo en los últimos años.
A pesar de la gran capacidad de producción de vehículos eléctricos en China, la demanda interna no ha sido suficiente, lo que ha generado un aumento en los inventarios y dificultades para que muchos productores sean rentables.
La implementación de aranceles por parte de la Comisión Europea a las importaciones de vehículos eléctricos chinos ha generado tensiones comerciales, con posibles consecuencias negativas para la industria automotriz.
En medio de estas tensiones, Estados Unidos también ha anunciado un incremento en los aranceles aplicados a las importaciones de vehículos chinos, lo que podría complicar aún más la situación.
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