
En un inesperado regreso al ojo público, Carlo Costanzia di Costigliole hizo su aparición este miércoles en la celebración del cumpleaños de su consuegra, Terelu Campos, desatando una oleada de rumores y especulaciones. La presencia del italiano en esta fiesta, junto a su hijo y nuera, Alejandra Rubio, fue objeto de atención mediática debido a las revelaciones explosivas que Mar Flores comparte en sus memorias tituladas 'Mar en calma'.
La imagen compartida ha generado interpretaciones diversas, y muchos lo han visto como una declaración de lealtad hacia el italiano. Esto ocurre en medio de tensiones familiares, donde se ha informado que el hijo de Costanzia estaría molesto con su madre por las afirmaciones realizadas en el libro, lo que ha llevado a especulaciones sobre intentos fallidos de distanciarse profesionalmente de ella tras el escándalo.
En un intento por aclarar la situación, Costanzia di Costigliole se sentó en el plató del programa '¡De Viernes!' poco después de estas controversias. En su intervención, el italiano se mostró enérgico y desmintió las acusaciones lanzadas por su exmujer, asegurando que las afirmaciones que ella vertía eran meras "barbaridades" y respondiendo a alegaciones de maltrato y secuestro de su hijo.
Entre sus declaraciones, Costanzia dejó claro: "Jamás la he agarrado para aventarla por un balcón, nunca le he puesto una mano encima y no he sido desleal", añadiendo que la única infidelidad registrada fue de Flores hacia él en 1994, mientras aún estaban casados. Su defensa fue contundente, destacando que es un padre comprometido y que siempre ha estado presente en los momentos difíciles de su hijo.
En un momento cargado de emociones, Costanzia aseguró que había entregado todas las denuncias hechas por su exesposa y que su viaje a Italia con su hijo en Navidad estaba en conformidad con el convenio regulador. La angustiosa experiencia de ser padre en medio de la controversia ha dejado cicatrices profundas en él, y ha decidido tomar acciones legales al respecto de las memorias de Mar.
Aunque el joven Carlo no ha querido emitir juicios públicos sobre la situación entre sus padres, sus acciones sugieren a quién apoya. Después de su entrevista en Mediaset, optó por dirigirse a la residencia donde viven su padre y nuera, evitando el hotel donde se encontraba previamente, lo que dejó a los medios especulando sobre la naturaleza de esta crisis familiar.
Finalmente, padre e hijo fueron vistos abandonando el lugar en una moto, reflejando una apariencia seria, ajenos a la tormenta mediática desatada por las memorias de Mar Flores y reafirmando la unión que intentan mantener a pesar del escándalo. Este episodio añade un nuevo capítulo a la tumultuosa historia familiar, en la que los lazos personales se ven profundamente afectados por las revelaciones públicas.
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