Bruselas investiga cumplimiento del pacto migratorio entre Francia y Reino Unido con normas de la UE.

BRUSELAS, 11 de julio.
La Comisión Europea ha decidido llevar a cabo una revisión detallada del reciente acuerdo entre Francia y el Reino Unido, que se centra en la gestión de migrantes que cruzan de manera ilegal el Canal de la Mancha. El objetivo de esta evaluación es asegurarse de que dicho acuerdo sea conforme a las normativas vigentes en la legislación comunitaria.
Markus Lammert, portavoz de la Comisión para Asuntos de Interior y Migración, señaló en una rueda de prensa que la colaboración con Francia y el Reino Unido, así como con otros Estados miembros, es fundamental para desarrollar soluciones que respeten tanto el espíritu como la normativa de la Unión Europea.
Bruselas, por el momento, se ha mantenido al margen de emitir juicios sobre el contenido del nuevo pacto, aunque a finales de junio requirió aclaraciones a las autoridades británicas y francesas. Esta solicitud fue motivada por la inquietud expresada en una carta por España y otros países del grupo Med5 (Italia, Grecia, Malta y Chipre) en relación a las negociaciones entre ambos países.
El presidente francés, Emmanuel Macron, junto al primer ministro británico, Keir Starmer, anunciaron la víspera la implementación de un proyecto piloto basado en el sistema de "uno por uno", donde Francia se compromete a recibir de vuelta a un migrante irregular enviado desde el Reino Unido, a cambio de que este último acepte a un solicitante de asilo. Macron subrayó que antes de la formalización del acuerdo, este deberá recibir la aprobación de la Comisión Europea y de los demás Estados miembros.
Lammert expresó que están al tanto del anuncio hecho por el Reino Unido y Francia, aunque destacó la escasez de detalles concretos, ya que solo se cuenta con un acuerdo político preliminar. El portavoz aseguró que se pronunciarán sobre el asunto una vez que tengan información más completa sobre el contenido y la estructura del acuerdo presentado en Londres.
La preocupación de Bruselas es considerable, especialmente ante el alarmante aumento de cruces irregulares de migrantes a través del Canal. Lammert enfatizó que esta preocupación requiere una respuesta decidida para contrarrestar estas travesías peligrosas desde las fronteras exteriores de la Unión Europea, aunque también reiteró la importancia de analizar las modalidades de cooperación acordadas entre Francia y el Reino Unido.
Al recibir la carta de los países del Med5 en junio, la Comisión Europea ya había resaltado la urgencia de que todos los miembros de la UE cumplas con el Pacto sobre Migración y Asilo, que tiene como plazo de implementación el año 2026. También hizo hincapié en la necesidad de respetar las leyes vigentes, especialmente las relacionadas con el sistema de Dublín, que obliga al país donde un migrante entra a gestionar su solicitud. Sin embargo, no se pronunció sobre la compatibilidad del acuerdo bilateral de deportaciones entre Reino Unido y Francia con las normativas del nuevo Pacto migratorio.
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