El canciller alemán, Olaf Scholz, ha instado a los actores económicos de Alemania a defender con fuerza la industria frente a la crisis provocada por los fabricantes de vehículos, especialmente ante la amenaza de Volkswagen, el principal empleador privado del país, de cerrar plantas.
Los altos costes de energía, la débil demanda global y la competencia con las empresas chinas están desafiando el modelo económico industrial y orientado a la exportación de Alemania, según Scholz.
Los temores de desindustrialización se hicieron evidentes cuando Volkswagen anunció el posible cierre de fábricas, al igual que Porsche y BMW.
En un discurso ante el Parlamento alemán, Scholz enfatizó la importancia de luchar por la industria y abordar la cuestión de cómo garantizar energía barata.
A pesar de medidas como la reducción del impuesto a la electricidad para la manufactura europea y la compensación a empresas ante el riesgo de deslocalización, los resultados no han sido los esperados.
Además, Scholz criticó la demora de la Unión Europea en cerrar acuerdos de libre comercio, haciendo referencia al bloqueo de Francia a un acuerdo con Mercosur y cuestionando los aranceles impuestos a la importación de coches eléctricos chinos.
El canciller alemán llamó a un acuerdo entre China y la Unión Europea para resolver estas cuestiones comerciales.
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