El líder de Vox, Santiago Abascal, ha resaltado el acuerdo alcanzado con el Partido Popular en la Comunidad Valenciana como un modelo para toda España. Insistió en que si los "populares" desean llegar a acuerdos, tendrán que sentarse a negociar y asumir parte de los postulados de Vox en función de la fuerza que cada partido obtuvo en las urnas. De hecho, ha asegurado que el contenido que Vox pide es el mismo en todos lados: una política de reducción del gasto político, un combate efectivo contra la inmigración ilegal y las mafias de tráfico de personas, una verdadera preocupación por la lucha contra la ideología en las aulas, garantizar la libertad de elección de la lengua, una política hídrica vibrante y defensa de la agricultura y la industria frente a las imposiciones globalistas de la Agenda 2030.

Abascal ha rechazado hacer pronósticos en cuanto a posibles acuerdos futuros con el Partido Popular, asegurando que el partido es muy distinto en cada territorio y que las negociaciones las dirigen los líderes regionales. Él no mantiene contacto con el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo.

En el caso concreto de Baleares, Abascal ha dejado en claro que Vox no va a participar ni apoyar ningún gobierno que no garantice la libertad de elección de los padres para escolarizar a sus hijos con el español como lengua vehicular. Y a partir de ahí, serán otros los que tengan que valorar si cambian su posición.

En Extremadura, Abascal ha recordado las declaraciones contrarias a Vox de la candidata del PP, María Guardiola, y ha insistido en que su partido nunca será el "coche escoba" de los "populares" ni les entregará sus votos "porque sí". Abascal ha dejado claro que su objetivo no es "un reparto de sillones", sino "un cambio profundo de políticas". Abascal pone como ejemplo lo acordado en la Comunidad Valenciana, lo que Vox busca para el resto de España, incluyendo los más de cien ayuntamientos donde el pacto PP-Vox es crucial para desbancar a otras fuerzas más votadas.