En un comunicado emitido desde Madrid el 28 de diciembre, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha señalado que la situación de los niños afectados por los conflictos armados ha alcanzado niveles alarmantes en 2024, situando a este año como uno de los más críticos en términos de daño y desprotección infantil. La organización advierte que un número sin precedentes de menores de edad se encuentra viviendo en áreas de conflicto o ha sido desplazado por la violencia.
Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF, ha expresado su preocupación al indicar que "casi todos los indicadores muestran que 2024 se posiciona como uno de los peores años en la historia de UNICEF en cuanto a la condición de los niños que residen en zonas de conflicto". Russell destaca tanto el número de niños afectados como la profundidad de las repercusiones que estos conflictos tienen en sus vidas cotidianas.
La organización ha enfatizado la urgencia de evitar que "toda una generación de niños se convierta en víctimas colaterales de las guerras descontroladas que azotan el mundo". En efecto, UNICEF ha revelado datos que indican que más de 473 millones de niños, lo que equivale a uno de cada seis en el planeta, están viviendo actualmente en regiones impactadas por conflictos bélicos, una cifra que ha mostrado un crecimiento notable en las últimas décadas.
Al cierre de 2023, se estimó que 47,2 millones de niños se encontraban desplazados a causa de conflictos y violencia, y las proyecciones para 2024 sugieren un incremento adicional en esta cifra, especialmente en territorios afectados como Palestina, Haití, Líbano, Myanmar y Sudán. Estos datos reflejan una tendencia preocupante que requiere atención urgente por parte de la comunidad internacional.
En lo que respecta al año 2023, la ONU reportó un total de 32.990 violaciones graves de derechos humanos cometidas contra 22.557 niños, constituyendo la cifra más alta desde que se iniciaron las evaluaciones bajo el mandato del Consejo de Seguridad. Este alarmante récord pone de manifiesto la precariedad en la que viven los más vulnerables en estas regiones en conflicto.
"Los niños que residen en zonas de guerra enfrentan una lucha diaria por su supervivencia, y esto les roba su infancia", lamentó Russell, quien destacó que "sus escuelas son bombardeadas, sus hogares quedan devastados y sus familias desintegradas". Este ciclo de violencia no solo priva a los niños de un entorno seguro, sino que también les arrebata oportunidades fundamentales para su desarrollo y bienestar.
La ocasión ha sido propicia para que UNICEF llame la atención a todas las partes involucradas en los conflictos, instándolas a que actúen de manera efectiva para poner fin al "sufrimiento" de la infancia y garantizar el respeto a sus derechos según lo estipulado en el Derecho Internacional Humanitario. La organización apuesta por un compromiso global que asegure un futuro mejor y más seguro para los niños afectados por la guerra.
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