Crónica España.

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Una tormenta solar amenaza las comunicaciones en Europa, África y Asia.

Una tormenta solar amenaza las comunicaciones en Europa, África y Asia.

La Agencia Espacial Europea (ESA) ha emitido una alerta sobre la inminente llegada de una tormenta solar, lo que ha llevado a los expertos a intensificar el monitoreo de las condiciones meteorológicas en el espacio, que se prevé serán severas.

De acuerdo con los pronósticos de la ESA, se espera que el fenómeno geomagnético perturbador se mantenga activo durante un período de 24 a 48 horas, con la posibilidad de impactos significativos a escala global.

El 11 de noviembre de 2025, se registró una potente erupción solar, alcanzando su máxima intensidad a las 11:04 hora peninsular española. Posteriormente, se detectó una eyección de masa coronal (EMC) que salió del Sol a una velocidad aproximada de 1500 km/s, prevista para impactar la Tierra entre la noche del 12 de noviembre y la mañana del 13, aunque las estimaciones son sujetas a cambios.

Los analistas de la ESA han señalado que la tormenta geomagnética anticipada es seria y podría tener consecuencias directas en la operación de satélites, redes eléctricas y sistemas de navegación. A pesar de ello, la agencia ha subrayado que esto no representa un peligro inmediato para la población terrestre.

Los especialistas de la ESA están llevando a cabo un seguimiento exhaustivo de este evento de clima espacial, recolectando datos de sus distintos centros de investigación para evaluar su desarrollo.

Históricamente, las erupciones solares de tal magnitud han interferido en las comunicaciones por radio y en la navegación por satélite, especialmente en zonas del mundo que están de cara al Sol en el momento de la actividad solar. En esta ocasión, las regiones más afectadas incluirán Europa, África y Asia.

Juha-Pekka Luntama, director de la Oficina de Clima Espacial de la ESA, informó: "Nuestro planeta ha sido impactado anoche por dos eyecciones de masa coronal consecutivas que han ocasionado una notable perturbación geomagnética. Se anticipa que una tercera EMC llegue hoy o mañana, y su efecto dependerá principalmente de su interacción con las anteriores."

Se espera que la tormenta geomagnética continúe en niveles críticos, lo que podría generar un impacto notable sobre la tecnología satelital y los sistemas eléctricos. Luntama añadió que se ha observado una mayor actividad de eyecciones solares, lo que sugiere que la inestabilidad en el clima espacial persistirá durante la segunda parte de la semana.

Aunque las repercusiones tecnológicas son preocupantes, se ha reiterado que no existen riesgos biológicos para los seres humanos, debido a la protección que brindan la atmósfera y la magnetosfera de nuestro planeta ante tales eventos.

Durante una tormenta solar, el proceso start con la explosión de una llamarada que puede liberar energía equivalente a mil millones de bombas atómicas. Esta explosión genera ondas electromagnéticas que alcanzan la Tierra a los ocho minutos, interrumpiendo las comunicaciones de onda corta y afectando la navegación.

Al poco tiempo, llegan partículas solares de alta energía, como protones y electrones, que pueden poner en peligro, por ejemplo, a los astronautas y los equipos espaciales, además de generar reacciones en nuestra atmósfera que potencialmente interfieren con dispositivos electrónicos en la superficie.

Generalmente, las llamaradas van acompañadas de eyecciones de masa coronal, que producen olas de choque en el viento solar. Estos eventos tardan entre 18 horas a varios días en impactar la Tierra, dependiendo de la dirección y la velocidad.

Al llegar, estas eyecciones pueden alterar el campo magnético terrestre, ocasionando tormentas geomagnéticas. Esto afecta a las brújulas y puede inducir descargas eléctricas en infraestructuras metálicas como líneas de alta tensión o tuberías. Las tormentas geomagnéticas además permiten que partículas del espacio penetren en la atmósfera, generando espectáculos visuales como auroras.

Las partículas que ingresan a nuestra atmósfera no solo brindan este espectáculo natural, sino que también pueden calentar la alta atmósfera terrestre, aumentando su volumen y resistencia sobre satélites de baja altitud. Si estos satélites no compensan utilizando sus propulsores, corren el riesgo de ser desalojados de su órbita, aunque también hay un efecto positivo: contribuyen a eliminar la basura espacial al facilitar su quema en la atmósfera.