En un reciente estudio presentado en Madrid, se ha revelado que un preocupante 16,2% de la población mayor en España enfrenta el riesgo de experimentar soledad no deseada. Este informe, titulado "Redes para la Vida", es obra de la asociación EmancipaTIC, cuya misión es combatir la brecha digital que afecta a este sector de la población.
El análisis, dirigido por Esteban Sánchez, catedrático de Sociología, y respaldado por la Universidad de Santiago de Compostela, se basa en entrevistas realizadas a 1.000 personas mayores de 49 años. La presentación del informe tuvo lugar este jueves en las instalaciones del IMSERSO.
Los resultados indican que los índices más altos de soledad se observan en individuos de 55 a 59 años, alcanzando un alarmante 23,8%, seguidos por aquellos de 60 a 65 años, que registran un 16,6%. Estos datos subrayan la necesidad de atención a estas franjas etarias específicas.
El estudio también señala que un 8,7% de los adultos mayores están en situación de riesgo de aislamiento, con un porcentaje que supera el 12% entre los mayores de 75 años y desciende al 4,5% entre el grupo de 55 a 59 años. Esto pone de manifiesto la vulnerabilidad de ciertos segmentos de la población ante la soledad.
En materia de soledad emocional, se revela que este problema afecta especialmente a las personas mayores de 80 años, con un impacto notablemente mayor en las mujeres, donde el 26,2% se encuentra en riesgo, frente al 19,2% de los hombres. Esto destaca la necesidad de abordar el tema de manera específica según género.
Respecto a la tecnología, el informe señala que el uso del teléfono fijo está vinculado a un mayor riesgo de soledad, con un 20,1% de los usuarios afectados, en comparación con el 8,5% de quienes no lo utilizan. También se evidencia que los mayores que utilizan este tipo de teléfono son más propensos al aislamiento (11,5%) que aquellos que no lo emplean (3%).
Por el contrario, quienes disponen de un teléfono móvil presentan un menor riesgo de aislamiento, con solo un 7,8% de estos en dicha situación, en contraste con un alarmante 24,1% entre los que no poseen móvil. Esto resalta la importancia de la tecnología en la conexión social.
Asimismo, el uso de ordenadores y acceso a internet se relacionan con un menor riesgo de aislamiento, evidenciado por el hecho de que el 72,4% de los encuestados declara usar internet a diario. Este hallazgo subraya el potencial de la tecnología para mejorar la calidad de vida de los mayores.
Durante la presentación, José Manuel Azorín, presidente de EmancipaTIC, enfatizó las graves consecuencias de la soledad no deseada, afirmando que “diversas investigaciones confirmaron que la soledad es mortal y está vinculada a una reducción del bienestar social”.
Azorín abogó por un mejor aprovechamiento de la tecnología en beneficio de los mayores, planteando la necesidad de potenciar la teleasistencia, que considera “infrautilizada” y que debería llegar a todos los ancianos que se encuentran solos. Además, destacó la falta de formación y prevención respecto a lo que implica vivir más años.
En una línea similar, Antonio Balbontín, secretario general del IMSERSO, advirtió que “la soledad no deseada es un problema que abarca múltiples aspectos” y subrayó que, independientemente de si es impuesta o elegida, las consecuencias negativas de la soledad son innegables.
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