El 5 de noviembre en Madrid, la situación de Telefónica en el mercado bursátil se ha vuelto alarmante. Durante la media sesión de este miércoles, la acción de la compañía sufrió una nueva caída del 4,13%, situándose en 3,575 euros, tras un desplome previo del 13,12% en la jornada anterior, que estuvo marcada por la revelación de su nuevo plan estratégico. Este golpe ha conllevado una pérdida aproximada de 4.000 millones de euros en su capitalización bursátil.

Alrededor del mediodía, la valoración de Telefónica se encontraba en 20.270 millones de euros, una diferencia notable respecto a los 24.336 millones que poseía al cierre del lunes, justo antes de que se anunciara su nueva hoja de ruta. Entre las medidas más relevantes de este plan se incluye una drástica reducción del dividendo que se prevé pagar en 2026.

Para los años 2027 y 2028, la compañía ha indicado que la retribución a sus accionistas estará sujeta al rendimiento de la empresa y se establecerá entre el 40% y el 60% del flujo de caja libre, lo que genera incertidumbre entre los inversores.

La reducción del dividendo es el factor primordial en la caída de la acción de Telefónica, que ha visto cómo su valor en bolsa se ha reducido en aproximadamente un 17% entre el martes y la presente sesión del miércoles.

El presidente de Telefónica, Marc Murtra, abordó este desafiante panorama en una reciente declaración, reconociendo que habrá que tomar decisiones complejas que no siempre son fáciles de comunicar o comprender. Este comentario se produce tras la controversia generada por el recorte del dividendo para 2026.

Murtra también enfatizó la importancia de centrarse en la creación de valor y en los fundamentos de la compañía, reconociendo que el mercado puede reaccionar de manera ruidosa. A pesar de esto, se muestra optimista sobre el futuro, sugiriendo que una vez que se demuestren los fundamentos, el mercado eventualmente responderá favorablemente.

Según informa Europa Press, la jornada del martes se convirtió en la más desfavorable para Telefónica desde el 12 de marzo de 2020, cuando la empresa registró un descenso del 14% en el contexto del brote de COVID-19 y las consecuentes medidas de confinamiento.

Pese a los retos, la empresa anticipa que su plan estratégico permitirá un crecimiento anual compuesto de los ingresos, así como del EBITDA ajustado y la caja operativa, de entre el 1,5% y el 2,5% para el periodo de 2026 a 2028, y de entre el 2,5% y el 3,5% hasta 2030.

Además, aunque el nuevo plan no menciona operaciones de consolidación específicas, la empresa ha expresado su disposición a llevar a cabo adquisiciones en Europa. En caso de presentarse oportunidades significativas, no descartaría la posibilidad de realizar una ampliación de capital.

Finalmente, también ha surgido la posibilidad de que Telefónica considere un expediente de regulación de empleo (ERE), una realidad que los sindicatos ya están contemplando. Aunque aún no han recibido comunicación oficial de la empresa, ellos prevén que un anuncio al respecto pueda ocurrir este mes, luego de resolver las elecciones sindicales pendientes dentro de la teleco.