Crónica España.

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Telefónica, KKR y Entel disuelven su alianza con Pangea, proveedor mayorista de fibra óptica en Perú.

Telefónica, KKR y Entel disuelven su alianza con Pangea, proveedor mayorista de fibra óptica en Perú.

La reciente operación tenía como objetivo una considerable reducción de la deuda neta de la compañía telefónica española, estimada en alrededor de 200 millones de euros.

En Madrid, a fecha del 29 de noviembre, se ha dado a conocer que Telefónica, junto con el fondo Kohlberg Kravis Roberts (KKR) y la chilena Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel), han decidido romper el acuerdo que contemplaba la adquisición conjunta del 64% de Pangea, una empresa mayorista de fibra óptica ubicada en Perú. Este pacto prevía que Telefónica conservaría el 34% de la propiedad a través de su filial Telefónica Hispam.

Entel, en comunicación con la Comisión para el Mercado Financiero de Chile, ha señalado que esta ruptura se debió al reporte de Pangea sobre el “incumplimiento de ciertas condiciones de cierre estipuladas” en el acuerdo. Este inicio de problemas pone en tela de juicio la viabilidad del trato, que inicialmente había despertado grandes expectativas.

En su declaración, Entel ha explicado que Pangea ha indicado que, debido a la falta de cumplimiento de las condiciones establecidas en el SSA (acuerdo de compra), vinculadas a una transacción paralela que no se concretará entre KKR y Telefónica Hispam, se ha manifestado la intención de documentar formalmente la terminación del SSA. A su vez, han informado que las partes siguen dialogando sobre los términos y condiciones de dicha terminación.

Respecto a las implicaciones financieras de esta ruptura, Entel ha afirmado que, en este momento, no se puede estimar el impacto que esta situación podría tener en la utilidad consolidada de la compañía, lo que refleja la incertidumbre generada por el cambio en el ejecutivo del acuerdo.

La filial peruana de Telefónica ha comunicado a la Superintendencia del Mercado de Valores del país que su accionista de control, el grupo Telefónica, ha aclarado que las partes implicadas mantienen conversaciones y que cualquier desarrollo relevante se comunicará al mercado oportunamente, lo que sugiere que aún podrían existir posibilidades de renegociación.

Este acuerdo, que había sido alcanzado en julio del año anterior, contemplaba que KKR obtendría el 54% de Pangea, mientras que Entel adquiriría un 10%, permitiendo así que Telefónica Hispam retuviera un 36% de la empresa mayorista de fibra óptica peruana. La ruptura del pacto, por lo tanto, plantea serias dudas sobre el futuro de esta participación.

La expectativa inicial era que, mediante esta operación, el grupo Telefónica podría reducir su deuda neta en alrededor de 200 millones de euros, según había declarado en su momento a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), lo cual es un aspecto crucial en el manejo de sus finanzas en un entorno económico desafiante.

Como parte integrante del acuerdo, Telefónica del Perú y Entel se comprometían a vender a Pangea ciertos activos de su infraestructura de fibra óptica hasta el hogar (FTTH), además de establecer varios contratos para garantizar servicios mayoristas de conectividad, tanto con Telefónica del Perú como con Entel Perú, lo que reforzaría la colaboración entre estas empresas en el sector.

En la propuesta original, se planeaba que, tras el cierre del acuerdo, la deuda financiera neta de Telefónica se reduciría en esos 200 millones de euros, complementada por “determinados pagos variables” a realizar en los próximos cuatro años, lo cual podría haber aliviado la carga financiera de la compañía.

En este contexto, el ambicioso objetivo de KKR era la creación y control de una nueva empresa mayorista de fibra óptica en Perú, que combinaría las infraestructuras de fibra óptica de Pangea, Telefónica del Perú y Entel Perú, un paso significativo hacia el fortalecimiento y expansión de la conectividad en el país sudamericano.

De hecho, el plan de KKR implicaba una inversión adicional de aproximadamente 200 millones de dólares (casi 190 millones de euros), destinado a “más que duplicar la red de fibra ultrarrápida” en Perú, con la meta de aumentar la cobertura de alrededor de dos millones de hogares a 5,2 millones. Este tipo de inversiones es vital para mejorar la infraestructura tecnológica de la región, pero ahora queda en suspenso tras la reciente decisión.