Crónica España.

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"Sumar acepta el desafío, busca triunfos políticos y promueve un Estado federal y plurinacional."

En medio de un panorama político cambiante, Movimiento Sumar se prepara para su segunda asamblea estatal con una clara intención de dejar atrás la "agitación populista vacía" y responder a las demandas de reconocimiento nacional de forma legal y con una reforma constitucional. La formación reconoce que el ciclo electoral de 2024 ha supuesto un desgaste considerable, por lo que su objetivo es rearmarse y convertirse en una "herramienta" eficaz para alcanzar "victorias políticas", mientras se amplía la acción del Gobierno de coalición.

La propuesta de ponencia política, que coordina Rosa Martínez, secretaria de Estado de Derechos Sociales, establece como pilar fundamental una reforma constitucional que establezca un Estado republicano, plurinacional y federal. Esta visión busca romper con la noción tradicional de que cada Estado debe corresponder a una única nación homogénea, promoviendo en cambio una "soberanía divisible y compartida".

El documento, al que tuvo acceso Europa Press, afirma que la fase política iniciada por el movimiento 15M ha concluido, dando paso a una "realidad política" marcada por la desmovilización y la desafección hacia la política. Sumar aboga por dejar atrás la "nostalgia" del 15M y adaptar su estrategia a este nuevo contexto, señalando que basta con la crítica y el enfoque "outsider"; la clave ahora es construir "fuerza institucional" con trayectoria y experiencia sólida.

Sumar sugiere adoptar una postura de "firmeza en los principios" y "flexibilidad en la práctica". Impulsar alianzas que respondan a la pluralidad del ecosistema progresista y plurinacional es esencial para navegar en el entorno actual, caracterizado por una diversidad de voces y perspectivas.

El texto también subraya la importancia de su irrupción en el panorama político para contribuir a la revalidación del Gobierno de coalición, aunque advierte que el "acelerado ciclo electoral" de 2024, con resultados desfavorables en elecciones recientes en Galicia, Euskadi, Cataluña y también elecciones europeas, ha desgastado su influencia. Esto pone de relieve dos límites críticos: la articulación política del movimiento y la necesidad de reflexionar sobre la trayectoria de la izquierda en los últimos 15 años.

Desde esta perspectiva, Movimiento Sumar enfatiza la importancia de presentar propuestas serias en contraposición a la "sobreactuación" de otras formaciones políticas. Esta postura queda resumida en la frase "ni agitación populista vacía, ni superioridad intelectual".

"Hechos, no palabras", se repite en el documento para dejar claro que Sumar no teme gobernar, llegar a acuerdos e influir, ya que la política es, en su esencia, "acción" más allá de los eslóganes y declaraciones llamativas.

Dentro de sus premisas más destacadas, Sumar busca dar una lucha ideológica por una concepción de España que sea "radicalmente democrática, republicana, federal y plurinacional". En una referencia implícita a la monarquía, se afirma que en un sistema verdaderamente democrático no deberían existir "privilegios hereditarios".

Para implementar esta visión de plurinacionalidad y federalismo, es fundamental superar la noción de que cada Estado solo puede ser representado por una nación homogénea, estableciendo así la necesidad de fomentar un "mejor autogobierno" en todas las regiones, reconociendo su voluntad de ejercerlo.

En línea con estas ideas, se apoya el "reconocimiento nacional" para quienes lo demanden, utilizando siempre "instrumentos legales existentes" y con miras a conseguir una "reforma constitucional de carácter federal y plurinacional".

Otro de los puntos abordados es la necesidad de descentralizar el tejido de la Administración General del Estado, que actualmente se concentra en gran medida en Madrid, así como la creación de un sistema de financiación autonómica que tolera diferentes ritmos de "implementación del federalismo fiscal" en cada región y contemple formas singulares de financiación.

Movimiento Sumar también identifica el crecimiento de la extrema derecha a nivel mundial, argumentando que esta tendencia es consecuencia de un malestar social. Frente a ello, proponen disputar el terreno ideológico y mejorar las condiciones materiales de las clases populares.

Por tanto, subraya su papel como la alternativa frente al "descontento en sentido reaccionario", que genera posiciones "antidemocráticas, negacionistas, racistas", "ultraliberales" y "anti-Estado". Sumar se presenta así como un defensor de las instituciones, del "constitucionalismo democrático" y del Estado del Bienestar, en oposición a la "antipolítica" que alimenta el "ruido, el insulto y el tacticismo" en la comunicación política.

Asimismo, Movimiento Sumar se autodenomina una fuerza "laborista", comprometida con la reducción de la jornada laboral, la mejora en el acceso a la vivienda y salarios más justos. Proponen que la democratización de la economía no es una aspiración irreal, sino una necesidad para ajustar las relaciones de poder en el ámbito empresarial. En cuanto a la vivienda, defienden una regulación proactiva del mercado.

La formación también se erige como "ecosocialista", abogando por un Estado Climático de Derecho, en un contexto donde los desastres climáticos han resaltado la urgencia de abordar la cuestión ambiental como una prioridad. "Dilatar, retrasar, ralentizar o posponer las políticas de reducción de emisiones es inaceptable", manifiestan, insistiendo en que la urgencia no justifica políticas que ignoren un reparto justo de costos y beneficios en la transición ecológica.

Por último, Sumar se reivindica como una fuerza feminista y antirracista, así como un defensor de los "derechos LGTBIQA+", destacando un compromiso visible con el colectivo trans, en contraste con la reciente decisión del PSOE de eliminar referencias similares en su congreso federal anterior.