En Madrid, a 27 de noviembre de 2023, la atención sobre el sabotaje de los gasoductos Nord Stream en el mar Báltico se intensifica tras la reciente revelación de que se registraron un total de seis explosiones, en contraste con las cuatro inicialmente reportadas. Esta información proviene de los documentos judiciales presentados por Nord Stream AG en un proceso legal que se lleva a cabo en los tribunales alemanes.

Según los escritos judiciales, que forman parte del litigio entre Nord Stream AG y diversas compañías de seguros, "fueron seis y no cuatro las bombas utilizadas". Esta nueva información sugiere que el ataque podría haber tenido una magnitud mucho más significativa de lo que se había estimado anteriormente, lo que plantea serias preguntas sobre la seguridad y la protección de las infraestructuras clave en Europa. Informaciones publicadas por el diario alemán 'Die Welt' corroboran estos hechos.

Las inquietudes sobre la extensión del ataque se ven respaldadas por las observaciones de especialistas suecos, quienes han descubierto daños adicionales en los gasoductos que no habían sido detectados en inspecciones previas. Esto añade un nivel de complejidad a la investigación y podría implicar una planificación meticulosa detrás del sabotaje.

Los gasoductos Nord Stream, vitales para el suministro de gas ruso a Europa, fueron blanco de múltiples explosiones a finales de septiembre de 2022, en un momento que se vio marcado por la tensión en torno al conflicto en Ucrania. Desde el inicio, Moscú ha negado cualquier implicación en el sabotaje. Sin embargo, la Fiscalía de Alemania ha dado un giro en la investigación al solicitar a Polonia la detención de un ciudadano ucraniano que supuestamente está vinculado al ataque a los gasoductos.

Las indagatorias también han señalado a otras dos personas de nacionalidad ucraniana como sospechosas, lo que indica un posible grupo coordinado detrás del atentado. Las autoridades consideran que varios buzos podrían haber sido responsables de la colocación de los dispositivos explosivos en las tuberías, lo que sugiere un nivel de organización que no debe ser subestimado.

Hasta la mitad de este año, las investigaciones se centraron en un velero que fue hallado con restos de explosivos en julio de 2023, sospechado de haber sido utilizado para el transporte de material explosivo. En la embarcación viajaban supuestamente cinco hombres y una mujer, quienes podrían haber alquilado el barco con documentación falsa, lo que complica aún más el entramado de este acto de sabotaje internacional.