El canciller de Alemania, Olaf Scholz, ha convocado una serie de reuniones con los gobiernos de los estados federados y con la principal fuerza de la oposición, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), para abordar posibles medidas a tomar después del atentado ocurrido la semana pasada en Solingen.
El líder de la CDU, Friedrich Merz, propuso que cada partido designara un representante para proponer reformas en materia de política migratoria. Sin embargo, Scholz ha decidido ampliar el enfoque, posiblemente con la intención de incluir a sus socios de coalición en la discusión.
Tras reunirse con el primer ministro británico, Keir Starmer, el canciller anunció que la ministra de Interior, Nancy Faeser, convocará próximamente a discusiones para abordar temas relacionados con la repatriación de migrantes, la lucha contra el terrorismo islamista y el derecho a portar armas.
El pasado viernes, un migrante de origen sirio, con una orden de expulsión pendiente, perpetró un ataque en Solingen en el que asesinó a tres personas e hirió a otras ocho. El autor del ataque, Issa al H., quien ha confesado, se encuentra bajo custodia.
Scholz señaló que el número de expulsiones aumentó un 25 por ciento en el primer semestre de 2024 en comparación con el año anterior, pero admitió que esto no es suficiente. Además, abogó por limitar aún más la inmigración irregular y tomar nuevas medidas legales al respecto.
La oposición exige una "prohibición de facto" para aceptar refugiados de Siria y Afganistán, así como la posibilidad de deportar a los solicitantes de asilo rechazados a estos dos países. También solicita controles permanentes en las fronteras exteriores de la UE y propone que los refugiados que viajen de regreso a sus países de origen pierdan automáticamente su estatus de residencia.
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