La ONG Save the Children ha denunciado el alarmante número de niños y niñas que han sufrido la amputación de una o ambas piernas en la Franja de Gaza desde el inicio del conflicto armado entre Israel y Hamás el pasado 7 de octubre. Según datos proporcionados por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), más de 1.000 niños han sido sometidos a estas traumáticas operaciones en los últimos tres meses. Por si fuera poco, muchas de estas intervenciones se han llevado a cabo sin anestesia debido a las deficiencias en el sistema sanitario de Gaza derivadas del conflicto.

Jason Lee, director de Save the Children para el Territorio Palestino Ocupado, ha lamentado profundamente esta situación, calificándola como un sufrimiento innecesario y evitable hacia la infancia. Lee ha enfatizado que los niños pequeños que quedan atrapados en explosiones son especialmente vulnerables a sufrir lesiones graves que alterarán su vida para siempre, ya que sus huesos no están completamente formados ni sus músculos totalmente desarrollados.

Además, la paralización del sistema de salud y la escasez de personal médico y suministros básicos, como anestesia y antibióticos, han dejado a los profesionales sanitarios completamente desbordados ante la llegada de niños con heridas de explosión. Incluso para médicos experimentados, es extremadamente doloroso no poder tratar o aliviar el sufrimiento de estos niños. Las terribles imágenes y sonidos de niños mutilados por las bombas son algo que trasciende los límites de la humanidad y resulta incomprensible.

En este contexto, Save the Children ha hecho un llamado urgente a un alto el fuego definitivo que ponga fin a las mutilaciones y muertes de civiles, y que permita el acceso sin trabas de la ayuda humanitaria. La organización sostiene que, a menos que la comunidad internacional cumpla con sus responsabilidades en virtud del Derecho Internacional Humanitario para evitar los crímenes más graves de trascendencia internacional, todos seremos juzgados por la historia. Es fundamental aprender de los errores del pasado y actuar para evitar atrocidades similares en el futuro.

De acuerdo con cifras proporcionadas por el Ministerio de Salud de Gaza, más de 22.000 palestinos han fallecido y otros 57.000 han resultado heridos en los tres meses que han transcurrido desde el inicio del conflicto. En medio de esta devastación, los niños y niñas han sido víctimas de mutilaciones y asesinatos de forma indiscriminada, y las familias enteras han sido diezmadas diariamente.