En un reciente y esperado regreso, el Rey Juan Carlos I fue visto este sábado por la mañana en el puerto de Sanxenxo, donde se celebra una serie de regatas que han despertado gran interés. Acompañado de sus sobrinos, Alfonso y María Zurita, así como del pequeño Carlitos, el emérito disfrutó de una jornada familiar tras pasar la noche en la residencia de Pedro Campos.

El viaje de Juan Carlos I se produce en un contexto de intensa atención mediática después del lanzamiento de sus memorias en Francia, que han generando un aluvión de reacciones en España. A pesar de las preguntas de los reporteros, su sobrina María optó por evitar cualquier referencia a las polémicas generadas por su libro, pero su presencia en Sanxenxo refleja un apoyo incondicional al rey emérito en momentos complicados.

Este tipo de encuentros no es nuevo para los hijos de la Infanta Doña Margarita y Carlos Zurita, quienes suelen aprovechar las visitas del rey emérito a Sanxenxo para reunirse con él. Junto a la Infanta Elena, son los familiares que mantienen una relación más estrecha con Juan Carlos I desde que se estableciera fuera de España, lo cual resalta el valor de los lazos familiares en estos tiempos de controversia.

El emérito, ajeno a la polémica que sus revelaciones han suscitado, salió de la casa de Pedro Campos con la intención de disfrutar de los concursos náuticos, cerrando así una jornada en la que, sin duda, la familia jugó un papel crucial. Con su presencia en Sanxenxo, Juan Carlos I demuestra que, a pesar de las adversidades, sigue disfrutando de la vida y de la compañía de los suyos.