Sánchez demanda evidencia a Abascal sobre presuntas llamadas a empresas del IBEX por la cátedra de Begoña Gómez.
Durante una tensa sesión de control del Gobierno, el presidente Pedro Sánchez se encontró en una situación complicada en la que tuvo que enfrentarse a las preguntas incisivas de Santiago Abascal, el líder de Vox. En un momento particularmente polémico, Abascal instó a Sánchez a que esclareciera cuántos directores ejecutivos de empresas cotizadas había contactado personalmente para promover la cátedra de su esposa, Begoña Gómez, quien se encuentra en el ojo del huracán por acusaciones relacionadas con tráfico de influencias y corrupción.
La cuestión planteada por Abascal no es nueva; ha repetido esta indagatoria en múltiples ocasiones desde que salieron a la luz informes sobre las actividades profesionales de Gómez. La pregunta fue directa y clara: “¿A cuántos CEOs de empresas cotizadas llamó usted personalmente para que recibieran a su mujer y promovieran su cátedra?”, cuestionó Abascal, dejando claro que la insistencia en esta temática no era casualidad.
En medio de este intercambio, el líder de Vox no se detuvo ahí. También planteó la inquietante pregunta sobre la posible dimisión de Sánchez si resultara imputado en el llamado 'caso Begoña Gómez' o el 'caso Koldo'. En su crítica, Abascal no escatimó en palabras, señalando que el presidente no ha respondido adecuadamente en ocasiones anteriores y que la dinámica actual de las sesiones de control parece carecer de efectividad. "No solo ha perdido el control de sí mismo, sino que no acepta ningún tipo de control", expresó contundentemente.
Por su parte, Sánchez mantuvo una actitud desafiante, afirmando que Abascal “sabe la respuesta” a su pregunta, y se cuestionó por qué no la compartía. “Yo sé la respuesta, estoy esperando a que usted la cuente”, insistió el presidente, instando a Abascal a que presentara las evidencias de sus acusaciones. La tensión en el ambiente era palpable, con ambos líderes dispuestos a defender sus posturas hasta el final.
El presidente también se defendió argumentando que las sesiones de control son esenciales en un régimen democrático, subrayando la importancia de que el Gobierno rinda cuentas ante la oposición. Para Sánchez, la ideología de Vox representa un retroceso, caracterizado por lo que él describió como “racismo y negacionismo”, en clara alusión a los valores democráticos que consagra la Constitución. "Usted se quedó muy atrás", le espetó, provocando una reacción acalorada.
A lo largo de la mañana, el choque entre Abascal y Sánchez se intensificó, especialmente en relación a los casos de Begoña Gómez y Koldo García. La tensión escaló cuando Abascal se refirió a Sánchez como “presidente corrupto” y desató una serie de comentarios sobre el presunto intermediario Koldo, Víctor de Aldama. En un tono irónico, Abascal subrayó que Aldama expresó tener “miedo”, insinuando que la figura del presidente le generaba temor. “Pedro Navaja da incluso miedo a Aldama, su comisionista de cabecera”, se burló, aludiendo a lo que él consideraba un comportamiento agresivo de Sánchez.
Con una advertencia contundente, Abascal concluyó que el presidente “acabará en el banquillo”, insistiendo que cada día que permanezca “atrincherado” en La Moncloa es un día más donde es vital exigirle explicaciones. Con una diáfana recomendación, le sugirió que se preparara para su defensa, logrando así acentuar el escenario de incertidumbre que rodea a la administración actual y sus implicaciones legales.
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