En un reciente comunicado, el Ministerio de Defensa de Rusia ha hecho hincapié en el alarmante deterioro de la situación para las fuerzas ucranianas en las localidades de Kupiansk, en la región de Járkov, y Pokrovsk, en Donetsk. A medida que las tropas rusas intensifican sus operaciones, el cerco sobre estas zonas se va haciéndose cada vez más estrecho, incrementando el control ruso sobre el territorio.

De acuerdo con la información proporcionada, el ejército ucraniano se encuentra cada vez más acorralado, enfrentándose a "pérdidas severas continuas" debido a los ataques lanzados por las fuerzas rusas. La situación ha llegado a tal extremo que, según las autoridades rusas, los militares ucranianos se ven forzados a considerar la rendición como su única opción viable.

En este contexto, el pronunciamiento del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, es visto como una desconexión con la realidad en el terreno, según la versión oficial rusa. Las autoridades sugieren que Zelenski podría estar tratando de ocultar la verdadera situación a la población ucraniana y a sus aliados occidentales, buscando así mantener el flujo de fondos europeos destinados a financiar la confrontación contra Rusia.

A pesar de estas afirmaciones rusas, fuentes de las Fuerzas Armadas ucranianas han reportado que han infligido más de un centenar de bajas al ejército enemigo en los enfrentamientos en Pokrovsk, apuntando a una continua resistencia en la zona.

Además, en la última jornada, el ejército ruso interceptó 40 drones que habían sido lanzados desde territorio ucraniano. La mayoría de estos fueron derribados en la provincia de Voronezh, además de interceptaciones en varias otras regiones, incluyendo Rostov, Kursk y la península de Crimea.

Por su parte, las fuerzas ucranianas afirman haber logrado derribar 61 drones rusos de un total de 80 en la misma noche, lo que indica un escenario de combates aéreo activo, con varios de estos drones cayendo dentro del territorio ucraniano.