En un comunicado emitido el 20 de noviembre, las autoridades rusas han confirmado la captura de otra localidad en la disputada provincia de Donetsk, ubicada en la parte oriental de Ucrania. Este avance es parte de una estrategia más amplia que ha visto a las fuerzas rusas intensificar sus operaciones en la región, convirtiéndose en un punto crítico del conflicto armado que ha trascendido a lo largo de los últimos meses.

Según lo informado por el Ministerio de Defensa de Rusia, las tropas del grupo militar conocido como "Centro" han conseguido lo que describen como la "liberación" de la localidad de Ilinka, resultado de intensos enfrentamientos con las fuerzas ucranianas. Este anuncio se produce un día después de que se revelara que el ejército ruso había tomado también la ciudad de Novoselivka, otro avance significativo en su campaña en la región.

Las ofensivas rusas en el este de Ucrania han mostrado un aumento considerable en intensidad, llevando a algunos altos mandos militares de Ucrania a referirse a la situación como un "colapso" del frente oriental, acción que refleja la presión ejercida por las fuerzas de Moscú. Estas dinámicas hostiles en Donetsk han generado una revaluación de la situación estratégica por parte de los líderes militares ucranianos.

Es importante recordar que las regiones de Donetsk, junto con Jersón, Lugansk y Zaporiyia, fueron anexadas por Rusia en octubre de 2022. Sin embargo, este acto de anexión no ha sido reconocido por la comunidad internacional, un conflicto que data de la controversia iniciada con la ocupación de la península de Crimea en 2014. Estas acciones por parte de Rusia continúan generando tensiones políticas y militares en la región y suscitan un debate amplio sobre la legalidad y las implicaciones de tales movimientos en el contexto del derecho internacional.