Crónica España.

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Portugal enfrenta su tercera elección en tres años marcada por la incertidumbre política.

Portugal enfrenta su tercera elección en tres años marcada por la incertidumbre política.

La campaña electoral en Portugal ha girado en torno a temas críticos como la vivienda, el sistema sanitario y la corrupción, en un contexto donde los ciudadanos se preparan para un nuevo proceso electoral que no se repetirá hasta dentro de un año.

Este domingo, los votantes portugueses se dirigen a las urnas por tercera vez en tres años, una situación que ha generado preocupación ante la falta de estabilidad gubernamental. Las últimas encuestas sugieren que no habrá cambios significativos en comparación con las elecciones anticipadas anteriores, que fueron convocadas tras la incapacidad del primer ministro conservador Luís Montenegro para superar una moción de confianza relacionada con posibles conflictos de interés en su entorno familiar.

De acuerdo con una encuesta publicada esta semana, la coalición liderada por Montenegro, conocida como Alianza Democrática (AD), mantiene una intención de voto del 32%, un porcentaje ligeramente superior al obtenido en 2024, lo que le permitió alcanzar un liderazgo inestable que depende de la abstención del partido socialista para implementar su agenda.

El partido de extrema derecha Chega se ha consolidado como la tercera fuerza política del país, aunque Montenegro ha descartado cualquier tipo de colaboración, lo que podría comprometer la estabilidad del gobierno, tal como ocurrió en 2024. Sin embargo, hay posibilidades de que logre formar una mayoría al unirse a la Iniciativa Liberal.

El presidente Marcelo Rebelo de Sousa ha instado a la ciudadanía a participar en estas elecciones, brindando un mensaje claro sobre la necesidad de garantizar la estabilidad de Portugal y de Europa. "El mundo se encuentra en una situación complicada. Está más difícil que hace un año", declaró tras ejercer su voto anticipadamente.

Con la posibilidad de que nadie obtenga una mayoría clara, Rebelo de Sousa ha recordado a los ciudadanos que no habrá nuevas elecciones durante los próximos doce meses, un hecho que se debe a las restricciones legislativas que impiden disolver la Asamblea en los primeros y últimos seis meses del mandato presidencial.

A pesar de la inestabilidad política que podría persistir tras estas elecciones, Portugal ha experimentado cierta estabilidad económica desde 2016. No obstante, la población continúa enfrentando desafíos significativos como los bajos salarios y la limitada accesibilidad a la vivienda, dos problemas que parecen eclipsar el crecimiento del 2% del PIB anual.

La reciente moción de confianza de Montenegro fue convocada ante las revelaciones periodísticas sobre una consultora familiar que recibía pagos de varias empresas con la que el Gobierno tenía relaciones, lo que llevó al presidente Rebelo de Sousa a adelantar las elecciones.

Desde su ascenso al poder, Montenegro, que llegó tras una escándalo de corrupción que afectó a su predecesor António Costa, ha mantenido que no se benefició de ningún modo. Además, ha señalado que cedió la propiedad de su empresa a su esposa e hijos antes de asumir su rol político.

Convocar elecciones ha sido, sin duda, un movimiento arriesgado, visto que la mayoría de los partidos no deseaba acudir a las urnas. Ni el Partido Socialista, tras su derrota en marzo de 2024, ni el partido Chega, que teme perder algo de apoyo debido a la inestabilidad política.

Montenegro ha pedido a los votantes que le otorguen el apoyo necesario para continuar con su programa, que incluye recortes fiscales, mejoras en el sistema de salud y un endurecimiento de las políticas migratorias, en un intento por atraer a los votantes de Chega, cuyo líder, André Ventura, se ha visto obligado a abandonar la campaña por problemas de salud.

Si bien los detractores de Montenegro le acusan de acercarse a posturas extremistas, en la izquierda critican al líder socialista, Pedro Nuno Santos, por suavizar su discurso en busca de captar el voto moderado.

Los socialistas, según las encuestas más recientes, mantienen su apoyo en cifras entre el 26 y 28%, mientras que los demás partidos de izquierda siguen estancados. Santos ha tratado de posicionarse como la alternativa ante la gestión de crisis por parte de Montenegro, señalando la falta de liderazgo durante la crisis de apagones de finales de abril.

Santos ha prometido fortalecer el sistema de salud a través de la contratación de más personal y la inclusión de nuevos servicios en la red pública, además de propuestas para reducir los impuestos para los jóvenes de 35 años. Al igual que su contrincante, también ha abogado por la construcción de más viviendas para aliviar la creciente demanda.