En Madrid, la Policía Nacional está contemplando la renovación de la innovadora estrategia conocida como 'Operación Peluche'. Este plan ha demostrado su eficacia al permitir la captura de 35 individuos buscados por delitos de agresión sexual contra menores en el último año. Un hallazgo notable de este esfuerzo es que muchas de las víctimas provienen del entorno cercano de estos prófugos, ya sea de su familia o amistades.

Recientemente, el 10 de octubre, se detuvo a un joven de 28 años en Fuenlabrada, responsable de un ataque sexual en Perú contra la hermana de su pareja, quien tiene una discapacidad intelectual. Este individuo había logrado ganarse la confianza de la joven mediante regalos y actividades compartidas, como ver películas.

Fernando González, jefe de la sección de Localización de Fugitivos de la Policía Nacional, subraya que estos delincuentes tienden a integrarse con la sociedad, llevando una vida aparentemente normal. Destaca, además, que es común que las víctimas sean personas cercanas a ellos, lo que hace el tema más alarmante.

Los 35 fugitivos detenidos bajo 'Operación Peluche' abarcan un rango de edad que va desde los 20 hasta más de 60 años, lo cual demuestra que este problema afecta a diversos sectores de la población.

Para González, el éxito de esta operación se basa en la colaboración y la paciencia. Comenta que a menudo el tiempo puede jugar a favor de las autoridades, ya que los prófugos, al sentirse más seguros, pueden cometer errores que faciliten su captura.

Además, enfatiza la importancia de la participación del público. "En ocasiones, los casos se resuelven gracias a una llamada anónima de un ciudadano", reflexiona González, indicando que la comunidad juega un papel crucial en la identificación de estos delincuentes.

La Policía Nacional también cuenta con una red de localización de fugitivos y puntos de contacto en cada provincia, lo cual permite una respuesta más rápida y efectiva a la hora de iniciar búsquedas.

Hasta la fecha, en el año 2025, se han localizado a 463 fugitivos tanto en España como en otros países, marcando un récord en detenciones. "Queremos enviar el mensaje claro de que España no es un refugio seguro para los fugitivos", concluye González.