En un nuevo incidente que ha dejado al menos nueve muertos y 2.800 heridos en Líbano, varios países árabes han expresado su solidaridad con Beirut y han culpado a Israel de la explosión de dispositivos buscapersonas pertenecientes a miembros de Hezbolá, el partido-milicia chií libanés.
El ministro de Asuntos Exteriores jordano, Ayman al Safadi, ha rechazado cualquier acción que ponga en peligro la seguridad de Líbano y ha ofrecido asistencia sanitaria para los heridos. Mientras que el ministro de Exteriores egipcio, Badr Abdelati, ha manifestado el apoyo de El Cairo y la disposición del presidente Abdelfatá al Sisi de brindar toda la ayuda necesaria a Beirut.
En un gesto de solidaridad, las autoridades iraquíes también han anunciado el envío de equipos médicos y de emergencia a Líbano para colaborar en las operaciones de socorro. Además, desde Bagdad han expresado su preocupación por una posible expansión regional del conflicto y han vinculado el incidente con un "ciberataque sionista".
El portavoz del Gobierno iraquí, Basem al Awadi, ha solicitado una intervención internacional urgente para detener la escalada bélica en la región, señalando a Israel como responsable de los ataques contra Líbano. Tanto el Gobierno libanés como Hezbolá han prometido una respuesta, mientras que desde Tel Aviv han guardado silencio.
Aliados de Hezbolá, como las milicias palestinas, los rebeldes hutíes de Yemen e Irán, han expresado su respaldo a Líbano y han culpado al "enemigo sionista" por lo ocurrido. La situación en la región sigue siendo tensa y se espera que las repercusiones de este incidente se intensifiquen en los próximos días.
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