TOLEDO, 23 de septiembre. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha expresado su contundente rechazo a la propuesta de que Cataluña gestione sus propias fronteras, planteada por el partido Junts. Según García-Page, esta concesión implicaría una amenaza directa a la soberanía nacional.

En una reciente entrevista concedida a Castilla-La Mancha Media, la que fue difundida por Europa Press, el presidente ha calificado esta idea como un atisbo de racismo proveniente del partido independentista. "Sería una entrega directa de un poder soberano del Estado a una comunidad autónoma, algo inaceptable", ha advertido el líder regional. García-Page subrayó la gravedad de jugar con las competencias más esenciales de un gobierno.

Asimismo, expresó su preocupación por el impacto a largo plazo de tales propuestas, afirmando que bajo ninguna circunstancia deberían considerarse cesiones en el ámbito de la política migratoria. "No se puede permitir la transferencia de estas competencias", enfatizó García-Page con firmeza.

Más allá de la gravedad que conlleva esta cuestión, el presidente ha destacado su inquietud por el contexto racista que podría enmarcar esta medida. A su juicio, la lógica detrás de la propuesta de Junts se fundaría en aceptar la llegada de inmigrantes solo si estos se alinean con la cultura catalana, lo que él considera una forma de segregación.

"Este enfoque implica elegir a los inmigrantes en función de criterios identitarios, lo que equivale a un acto de racismo", concluyó García-Page, dejando claro que la división entre ciudadanos basada en identidades culturales es un camino peligroso y divisorio.