El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha informado que es poco probable que los trenes de Renfe logren llegar a París este año, debido a las dificultades impuestas por las autoridades francesas para su entrada. Este anuncio se produce en un contexto donde Renfe ha estado trabajando en ampliar su presencia internacional, pero ahora parece enfrentar serias limitaciones con el vecino país.
Durante un evento organizado por Nueva Economía Fórum, Puente manifestó su ambición de convertir a Renfe en un equivalente a Aena, la empresa pública española que ha alcanzado el estatus de primer gestor aeroportuario a nivel mundial y que ocupa el sexto lugar en el índice Ibex 35, con un valor estimado en 31.000 millones de euros y operaciones en 87 aeropuertos, muchos de ellos localizados fuera de España.
El Gobierno español ha hecho esfuerzos en la última década para internacionalizar Renfe, que ha ido más allá de su emblemático proyecto del 'AVE a la Meca'. Estos esfuerzos incluyen la adquisición de participaciones en empresas ferroviarias en Chequia e Italia, así como la participación en proyectos ferroviarios en México y Estados Unidos.
Sin embargo, la ambición de Renfe de establecer conexiones con París se ha visto frustrada. El ministro Puente ha dejado claro que no espera que esta situación se resuelva este año, lo que implica un retraso en la orquestada expansión hacia Francia. Ante esta realidad, Renfe está preparando un documento legal para presentar una queja a Bruselas sobre estas limitaciones, mientras que Puente ha instado a las autoridades francesas a actuar con corresponsabilidad, lealtad y reciprocidad, sobre todo tras la apertura de la competencia en el mercado ferroviario español a empresas francesas e italianas.
La liberalización del sector ha tenido un impacto significativo en la economía de Renfe, que ha pasado de generar un beneficio de 115 millones de euros a reportar pérdidas conjuntas de 230 millones anuales junto con otros operadores como Iryo y Ouigo. Esto ha llevado a la necesidad de una nueva gestión que esté a la altura de los desafíos que enfrenta la compañía.
Como parte de esta reestructuración, la dimisión del actual presidente de Renfe, Raül Blanco, se ha vuelto inevitable. Se anticipa que el secretario general de Movilidad Sostenible, Álvaro Fernández Heredia, sea el próximo presidente, aunque Puente ha optado por no confirmar aún este nombramiento. Aun así, ha elogiado a Fernández Heredia como el mejor experto en gestión de viajeros en el país, destacando su experiencia previa al frente de la Empresa Municipal de Transportes de Madrid y de Autobuses Urbanos de Valladolid.
Puente ha insistido en que Fernández Heredia no es afín a su ideología política, señalando que ni siquiera es militante del Partido Socialista, y recordando que su trayectoria incluye haber sido concejal de Más Madrid en el Ayuntamiento de Madrid antes de integrarse al Ministerio.
En lo que respecta a incidencias recientes, como el incidente ocurrido el 1 de enero con los trenes Talgo Avril, el ministro ha aclarado que estos problemas no deben ser atribuidos al presidente de Renfe, ya que se trató de un error de software en el cambio de año.
Además, Puente hizo una reflexión sobre el enfoque del fabricante de trenes Talgo respecto a las operaciones de compra, mencionando que sería poco plausible intentar adquirir Alstom en Francia sin la aprobación del gobierno francés.
En cuanto al interés del grupo vasco Sidenor en adquirir Talgo, el ministro ha afirmado que esto apoyaría los objetivos del Gobierno de preservar la identidad española de la empresa y garantizar su base industrial. Sin embargo, también ha resaltado el derecho legítimo de los accionistas a decidir sobre sus inversiones y maximizar sus beneficios.
Por otro lado, Puente ha anunciado que la inversión asignada a su ministerio en 2024 alcanzará los 10.000 millones de euros, un 17% más que en 2023, marcando la cifra más alta desde 2011 y duplicando las cifras de inversión de 2016 y 2017. La mayor parte de estos fondos se destinarán a proyectos ferroviarios, que sumarán 5.629 millones, demostrando un incremento notable desde 2017.
De cara al futuro, Puente ha indicado que el segundo semestre de 2025 se considera un año de transición en términos de bonificaciones para el transporte ferroviario, con la vista puesta en implementar en 2026 un sistema de billete único que abarque todo el transporte, aunque sin ofrecer más detalles específicos.
Finalmente, se refirió a la ampliación del Puerto de Valencia, definiéndola como una infraestructura crucial para España y destacando que es una de las obras portuarias más relevantes que están en marcha dentro de la Unión Europea. Este proyecto implicará aproximadamente 750 millones de euros de inversión pública complementada con más de 1.600 millones de euros en inversión privada.
Este desarrollo mejorará significativamente la conexión ferroviaria de las terminales portuarias, y se estima que permitirá sacar de circulación alrededor de 1.000 camiones diarios. Puente ha enfatizado que, desde el punto de vista medioambiental, es un avance positivo, independientemente de la controversia sobre las playas del sur de Valencia, que asegura no se verán afectadas, ya que la infraestructura ya existía antes de la reciente construcción del muelle.
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