El nuevo mandatario libanés, Joseph Aoun, ha manifestado su intención de "modificar la perspectiva política" y fortalecer la posición del Ejército con el objetivo de "prevenir las agresiones provenientes de Israel".
En su discurso inaugural tras ser elegido por el Parlamento, Aoun afirmó que se ha iniciado "una nueva etapa" en Líbano después de que el puesto presidencial permaneciera vacío durante más de dos años tras finalizar el mandato de Michel Aoun en octubre de 2022.
"Iniciaré de inmediato las consultas para la formación del nuevo Gobierno", aseguró Aoun durante su toma de posesión, subrayando la necesidad de establecer una "administración moderna y eficiente" debido a las "turbulencias" que afectan la región de Oriente Próximo.
Joseph Aoun, además de su cargo como presidente, ha destacado su rol como comandante del Ejército libanés, enfatizando que su elección "representa la más alta recompensa" que ha recibido en su trayectoria. Durante su alocución, prometió trabajar en pro de la convivencia nacional y "transformar la visión política del país", según ha detallado el medio 'L'Orient-Le Jour'.
El nuevo presidente también subrayó que "estamos enfrentando una crisis de autoridad y una falta de comprensión sobre la democracia". Hizo hincapié en que es vital que las instituciones estatales tengan "el monopolio de las armas", aludiendo a la influencia del partido-milicia chií Hezbolá, especialmente tras los recientes conflictos con Israel, que culminaron en un alto el fuego logrado a finales de noviembre de 2024.
En su discurso, Aoun enfatizó la necesidad de que "el Estado invierta en su Ejército para proteger las fronteras, confrontar el contrabando y el terrorismo, y así frenar cualquier agresión israelí". Se comprometió a implementar "una estrategia de defensa robusta para que el Estado pueda responder ante cualquier incursión israelí".
"Prometo reconstruir lo que la agresión israelí ha arrasado en todo Líbano", declaró con firmeza el nuevo presidente, añadiendo que "no se negociará la soberanía o la independencia de Líbano" y que trabajará "en respeto a las normativas internacionales".
Asimismo, Aoun manifestó su deseo de "forjar relaciones óptimas con las naciones árabes" y promoverá una "neutralidad positiva", aprovechando la "oportunidad histórica" para entablar diálogos con Siria, buscando resolver distintos problemas y asegurando el respeto mutuo por la soberanía de ambos países.
Su alusión a la situación en Siria se enmarca en los recientes cambios tras la caída en diciembre del régimen de Bashar al Assad, respaldado por Hezbolá, Irán y Rusia, debido a una ofensiva de grupos yihadistas y rebeldes liderados por Hayat Tahrir al Sham (HTS), cuyo líder ha emergido como el gobernante de facto en el país vecino.
Durante su mandato, Aoun ha prometido ser un puente entre Oriente y Occidente, buscando la cooperación internacional, siempre fundamentado en el respeto mutuo y la soberanía libanesa.
El nuevo presidente ha reconocido que se implementarán "diversas reformas" para abordar la crítica crisis económica y social que azota a Líbano, asegurando que "trabajará con todos para proteger los derechos del pueblo libanés". "Demostraremos que el fracaso no tiene cabida en Líbano. No habrá privilegios para ninguna comunidad, ni para ningún libanés sobre otro", concluyó Aoun en sus comentarios iniciales tras su elección.
Su elección por parte del Parlamento llega tras un prolongado periodo de vacío presidencial y enfrentamientos legales en torno a la constitucionalidad de su designación, ya que Aoun sigue ocupando el cargo de comandante del Ejército.
A pesar de las críticas, varios legisladores han señalado las preocupaciones en torno a este proceso electoral y han reclamado que se enmiende la Constitución, dado que actualmente se prohíbe la elección de cualquier persona que haya desempeñado un cargo significativo en los dos años previos a la presidencia.
El proceso de votación se ha logrado tras múltiples intentos fallidos de elección debido al estancamiento en el Parlamento entre los bloques de Hezbolá y sus opositores, bloqueos que finalmente se levantaron en medio del acuerdo de alto el fuego con Israel y presiones internacionales para poner fin a la crisis en la Presidencia, un hecho considerado crucial para leventar al país de su prolongada crisis económica y social.
El sistema político libanés estipula que la presidencia debe ser ocupada por un cristiano maronita, condición que también se aplica al jefe del Ejército. De esta manera, Aoun se convierte en el quinto comandante en ejercer la presidencia y el cuarto de forma consecutiva, tras Michel Aoun, Michel Suleiman y Émile Lahud.
Entre las prioridades que enfrentará Aoun están la formación de un nuevo Gobierno, ya que el actual ha estado en funciones desde 2022 y todavía no ha habido consenso para su renovación. Además, deberá supervisar la continuidad del acuerdo de alto el fuego con Israel, mientras que el siguiente gobierno tendrá que llevar a cabo una serie de reformas exigidas por la comunidad internacional para facilitar un rescate que permita a las autoridades abordar la profunda crisis económica que atraviesa el país.
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