En Madrid, el 27 de diciembre, se han informado sobre el fallecimiento de Osamu Suzuki, ex presidente del emblemático fabricante de automóviles que lleva su nombre. Suzuki, quien estuvo al frente de la compañía por más de cuarenta años, murió este viernes a la edad de 91 años a causa de un linfoma maligno, según reportes de medios locales consultados por Europa Press.
Osamu Suzuki, cuyo matrimonio fue con la hija del segundo presidente de la compañía, Shunzo Suzuki, logró transformar Suzuki Motor Corporation en un jugador global de la industria automotriz. Durante su extensa gestión, las ventas de la empresa alcanzaron la asombrosa cifra de 3 billones de yenes, equivalentes a más de 18.000 millones de euros. En el año fiscal que concluyó en marzo pasado, las ventas de Suzuki superaron los 5 billones de yenes, es decir, más de 30.000 millones de euros.
Bajo su liderazgo, la firma consolidó su dominio en el mercado de vehículos ligeros, conocidos en Japón como 'kei cars', y lideró una importante expansión en India, un mercado crítico para Suzuki, donde actualmente tiene un 40% de cuota de mercado. Su visión y firmeza fueron clave para que la marca japonesa mantuviera su competitividad a nivel global.
En la década de 1970, Suzuki se encontró al borde del colapso, pero gracias a la astucia de Osamu, logró convencer a Toyota para que proporcionara motores que cumplieran con las nuevas normativas de emisiones, que su compañía aún no había podido desarrollar. Este movimiento salvó a Suzuki de una crisis inminente y sentó las bases para su posterior éxito.
A medida que su presidencia, que comenzó en 1978, avanzó, Suzuki profundizó la alianza con Toyota. Akio Toyoda, actual presidente de Toyota, ha expresado su pesar por la muerte de Suzuki, destacando su contribución a los 'kei cars', que se considera un símbolo nacional en Japón.
En un momento clave de su carrera, un mes antes de cumplir 80 años, Suzuki firmó un acuerdo millonario con el gigante automotriz Volkswagen en diciembre de 2009. Sin embargo, esta alianza resultó ser problemática, ya que la marca japonesa acusó a la alemana de no cumplir con el acceso a la tecnología que se había acordado. Este pacto ambicioso buscaba fortalecer a ambos fabricantes y posicionar a Suzuki en mercados emergentes, además de incrementar su presencia en Europa, China y Sudamérica.
Después de un proceso en un tribunal de arbitraje, Suzuki logró recomprar el 19,9% de su participación que previamente había vendido a Volkswagen. En 2016, Osamu Suzuki tomó una decisión histórica al ceder la presidencia a su hijo Toshihiro, asegurando así la continuidad del legado familiar en la empresa que él había llevado a nuevas alturas.
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