Mari Carmen, de 87 años, se mantiene firme tras la paralización de su desalojo: "No me sacarán de mi casa".
En el corazón de Madrid, en el barrio de Retiro, Mari Carmen, una anciana de 87 años, se enfrenta a un desalojo inminente de la vivienda que ha sido su hogar durante siete décadas. A pesar de la suspensión temporal del desahucio que estaba programado para este miércoles, Mari Carmen se muestra decidida a permanecer en su hogar, defendiendo lo que considera su derecho inalienable.
“No me van a sacar de aquí. Mi hogar es mucho más que estas paredes, es la historia de mi vida, el lugar donde mis padres pasaron sus últimos días”, afirmó Mari Carmen con vehemencia durante una rueda de prensa llevada a cabo frente a su residencia. La convocatoria, organizada por un sindicato de inquilinos en Madrid, ha movilizado a un grupo considerable de apoyo que coreó consignas como “Mari Carmen se queda” y “basta de especulación en nuestros barrios”.
La abogada de Mari Carmen, Beatriz Duro, explicó que la defensa legal ha solicitado la suspensión del desahucio amparándose en el real decreto 11/2020, que establece ciertas protecciones para las personas en situaciones vulnerables debido a la pandemia. Duro agregó que, aunque la solicitud no fue el motivo directo de la suspensión, están a la espera de que se evalúe un informe de vulnerabilidad presentado por servicios sociales, esperando que la situación se resuelva a favor de su clienta en los meses venideros.
Para Mari Carmen, la reciente noticia de la suspensión del desalojo representa un rayo de esperanza y le ha proporcionado un respiro temporal. Sin embargo, no está dispuesta a bajar la guardia y ha hecho un llamado al gobierno de Pedro Sánchez para que implemente reformas que garanticen contratos de vivienda indefinidos, evitando la incertidumbre que enfrentan muchas personas en su situación.
La anciana también denunció el fenómeno de los desahucios exprés, que afecta gravemente a los mayores, a quienes se les coacciona y presiona. En su opinión, es fundamental tomar medidas enérgicas contra "los especuladores que no solo se están adueñando de viviendas, sino de un trozo del país".
A pesar de las alternativas que le han propuesto los Servicios Sociales, como una residencia pública o un piso tutelado, el Sindicato de Inquilinas ha dejado claro que lo que realmente necesita Mari Carmen es seguir en su hogar. Valeria Racu, portavoz del sindicato, lamentó que el entorno actual favorezca a una minoría de especuladores y apuntó que tanto el gobierno local como el central no han tenido el coraje de implementar cambios significativos en la legislación de vivienda.
En un llamado a la resistencia, Racu instó a quienes enfrentan situaciones similares a las de Mari Carmen a no rendirse. “Las leyes injustas deben ser desobedecidas”, concluyó, instando a la movilización social como herramienta de cambio frente a un sistema que parece estar diseñado para favorecer a unos pocos a costa del bienestar de la mayoría.
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