En la jornada del 8 de enero en Madrid, el presidente Nicolás Maduro de Venezuela ha hecho un anuncio significativo en el contexto político actual del país. A pesar de la controversia que rodea su reelección, Maduro ha afirmado su determinación de tomar posesión de un nuevo mandato el próximo viernes. En sus planes, destaca la intención de llevar a cabo una “gran reforma constitucional” que definirá el rumbo del país durante las próximas tres décadas.
El mandatario venezolano ha señalado que el 10 de enero, después de cumplir con el juramento ante la Asamblea Nacional, su primer acto será establecer una extensa comisión, tanto nacional como internacional, para iniciar esta reforma constitucional. Esta iniciativa será presentada como un proceso que incluirá el debate y la participación de todos los sectores políticos, sociales, culturales y económicos de Venezuela.
Estas aseveraciones fueron realizadas durante la inauguración del nuevo periodo legislativo 2025-2026 de la Asamblea Nacional, donde Maduro ha enfatizado su propuesta de reforma como un medio para revitalizar la democracia en el país. Según él, esta asamblea se convertirá en el “epicentro de un debate” que busca reactivar la fibra democrática venezolana.
En sus palabras, Maduro ha declarado que el propósito central de esta reforma constitucional es delinear con claridad el modelo de desarrollo que Venezuela debe seguir durante los próximos 30 años. “Pretendemos democratizar la democracia hasta el infinito y transformar este Estado en uno verdaderamente democrático, en beneficio del pueblo”, agregó.
De cara a 2025, Maduro considera que el país enfrenta “grandes retos democráticos”. Ha señalado que este año será testigo de la “explosión democrática más importante” en la historia de la República, anticipando la celebración de hasta nueve procesos electorales en el país durante los próximos meses.
Sin embargo, el contexto político de Venezuela está marcado por una profunda crisis interna. A pesar de que el oficialismo ha reivindicado su victoria en las elecciones presidenciales de julio, la oposición, liderada por María Corina Machado y su candidato Edmundo González, ha denunciado irregularidades en el proceso electoral, reclamando su propia victoria y expresando su deseo de asumir el poder el mismo día que Maduro.
En esta atmósfera tensa, Maduro ha recordado que hace ocho años la oposición obtuvo el control de la Asamblea Nacional en las elecciones parlamentarias de 2015. A pesar de la victoria, ha criticado la gestión de dicha oposición, sosteniendo que no supieron administrar el poder que les fue concedido por el pueblo, actuando en detrimento de los intereses nacionales.
“Es importante recordar los excesos de aquellos que dirigían a la oposición en ese entonces. Muchos de ellos ahora viven en lujosas mansiones en Madrid, Miami y Washington, acumulando fortunas. ¿Dónde están aquellos que traicionaron la victoria política de 2015?”, cuestionó Maduro con tono contundente.
Finalmente, el presidente ha subrayado que, aunque reconoció la victoria de la oposición en 2015, también advirtió sobre las corrientes democráticas dentro de ella, aseverando que quienes finalmente prevalecieron eran afines a una “contrarrevolución” que tenía como objetivo derrocar al chavismo.
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