Las familias destacadas continúan ejerciendo un fuerte dominio sobre las sociedades inversoras detrás de icónicas marcas comerciales.
En un reciente anuncio, Peugeot Invest, la entidad de inversiones de la prestigiosa familia Peugeot, confirmó su firme control sobre el grupo al nombrar a Edouard Peugeot como el nuevo presidente del consejo de administración, cargo que asumirá tras la celebración de la Junta General de Accionistas programada para mayo de 2025.
Edouard, el hijo más joven de lo que ellos denominan el "G9", representa a una de las dinastías industriales más influyentes de Francia, cuyo legado en la industria automotriz se remonta al año 1810. Su rol se vuelve crucial en Stellantis, ya que se espera que su influencia sea determinante para la sucesión de Carlos Tavares al mando de la compañía en 2026.
No obstante, los Peugeot no son un caso aislado en el amplio panorama automovilístico. Muchas marcas que perduran en el tiempo han sido fundadas por familias que aún mantienen un peso importante en el capital o en el liderazgo de gigantes como Ferrari y Ford.
En Alemania, algunas de estas antiguas familias continúan dominando la escena automotriz. Por ejemplo, Porsche SE, el principal accionista del grupo Volkswagen, controla el 31,9% de la empresa, así como un 53,3% de los derechos de voto, superando incluso a entidades como el Estado de Baja Sajonia y Qatar, que poseen un 20% y un 17% de los derechos de voto respectivamente.
La familia Porsche cuenta con cuatro representantes en el consejo de supervisión, entre ellos Wolfgang Porsche y Hans Michel Piëch, quienes, a sus 82 años, siguen desempeñando roles activos, junto a Ferdinand-Oliver Porsche y Hans Dieter Pötsch, presidente del consejo de administración.
En lo que respecta a BMW, es notable que la familia Quandt detenta cerca de la mitad de los derechos de voto, y sus herederos, Susanne Klatten y Stefan Quandt, son parte del consejo desde 1997, evidenciando así su implicación a largo plazo en el destino de la firma.
A través de Exor, un holding de inversiones, la prominente familia italiana Agnelli se ha posicionado como el mayor accionista de Stellantis, controlando el 14,2% de las acciones. A pesar de haber diversificado su cartera en años recientes para incluir sectores como la salud y los medios de comunicación, la familia sigue mostrando interés, aunque de forma más distanciada, en el sector automotriz.
El influyente John Elkann, principal heredero de esta familia y líder de Exor desde hace más de una década, actualmente preside Stellantis. Bajo el liderazgo de su abuelo, Gianni Agnelli, se lograron adquisiciones significativas como las de Ferrari, Lancia y Maserati, consolidando su estatus como una de las figuras más poderosas de la Italia del siglo XX.
En el ámbito de Ford, los descendientes de Henry Ford aún conservan un 40% de los derechos de voto en la junta de la compañía, a pesar de poseer solamente un 1,7% de las acciones en circulación. Esta estructura de apalancamiento, basada en acciones preferenciales emitidas en la salida a Bolsa en 1956, ha sido clave para que la familia continúe ejerciendo control sobre la firma durante todos estos años.
Bill Ford, bisnieto del fundador y actual presidente, posee una cuarta parte de estas acciones preferenciales. Sin embargo, la compañía ha enfrentado tiempos difíciles y su desempeño en el mercado no es el más prometedor.
Recientemente, la empresa anunció un plan de ajuste que incluirá la reducción de 4,000 empleos en Europa en los próximos tres años, con la mayor parte de los despidos ubicados en Alemania y el Reino Unido.
Las compañías automovilísticas de Asia no están exentas de esta dinámica familiar. Toyota, que ostenta el título del mayor fabricante de automóviles del mundo, ha nombrado recientemente a Koji Sato, un estrecho colaborador de la familia Toyota, como nuevo líder de la compañía, quien anteriormente ocupaba la dirección ejecutiva.
A pesar de este cambio, Akio Toyoda sigue implicado en las decisiones cruciales de Toyota Motor Corporation, una empresa que su abuelo, Kiichiro Toyoda, fundó en los años 30. Reconocido como un líder en la industria japonesa, Akio actualmente preside la junta directiva, aunque su voz se ha ralentizado ante la creciente presión de los accionistas y el Gobierno japonés para limitar la influencia de las familias y conglomerados en el sector.
En 2012, el prominente líder del clan Tata en India, Ratan Tata, se retiró de su cargo como presidente de Tata Sons, la entidad que controla las filiales del conglomerado, entre las que se encuentra la automotriz Tata Motors. Su lugar fue ocupado por Cyrus Mistry, y en la actualidad la presidencia recae en Natarajan Chandrasekaran.
Bajo la dirección de Ratan Tata, Tata Motors lanzó en 1998 el Tata Indica, el primer automóvil totalmente fabricado en India, y fue instrumental en la adquisición de Jaguar Land Rover a Ford en 2008 por aproximadamente 2,207 millones de euros. A su vez, la empresa había comprado Jaguar en 1989 por 2,500 millones de dólares, y poco después incorporó Land Rover por otros 2,750 millones de dólares. En el mismo año, Tata Motors presentó el Tata Nano, un vehículo a un costo de producción inferior a los 2,000 dólares.
El pasado octubre, el fallecimiento de Ratan Tata a los 86 años dejó un significativo vacío en el conglomerado indio más internacionalizado. Fundado en 1868 por su bisabuelo, Tata ha crecido hasta abarcar sectores que incluyen energía, aviación y automóviles. En este momento, la sucesión en la compañía no está clara, pero Noel Tata, un familiar, se encuentra en las apuestas para asumir el mando del holding.
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