Crónica España.

Crónica España.

La ultraderecha austriaca asegura su derecho a gobernar a la espera de la decisión del presidente.

La ultraderecha austriaca asegura su derecho a gobernar a la espera de la decisión del presidente.

El presidente de Austria, Alexander Van der Bellen, se enfrenta a un dilema político tras el reciente fracaso en las negociaciones para formar un nuevo gobierno. Este colapso ha derivado en la salida de Karl Niehammer, canciller y líder del Partido Popular Austriaco (OVP). La situación ha llevado a la consideración de una inusual coalición entre los conservadores y el Partido de la Libertad (FPO), una formación política de extrema derecha que ha demostrado ser la más votada en las elecciones del 29 de septiembre, lo cual vuelve a abrir la puerta a una posibilidad que muchos consideraban cerrada: el fin de un "cordón sanitario" que, en teoría, aislaba al FPO en la arena política austriaca.

Herbert Kickl, líder del FPO, ha expresado su esperanza de que el Partido Popular reflexione sobre la contundente respuesta que los ciudadanos manifestaron en las urnas. Kickl ha declarado: "Vamos a ver si el Partido Popular comprende con lo que ha ocurrido, aunque sea un poco, el poder que ostenta la población". Además, ha señalado que, tras el fracaso de la coalición, el OVP se halla ahora ante los escombros de su plan de acción.

Por su parte, Dominik Nepp, líder del FPO en Viena, ha lanzado dos propuestas claras: por un lado, la posibilidad de negociar con el Partido Popular para lograr una coalición; por otro, la convocatoria de nuevas elecciones. En una reciente entrevista, Nepp mencionó que los sondeos sugieren un incremento significativo en el apoyo popular hacia el FPO, estimando que podría subir del 29% registrado en las últimas elecciones al 35% en caso de nuevas votaciones.

Van der Bellen está monitoreando de cerca las deliberaciones del OVP sobre la viabilidad de mantener diálogos con la ultraderecha, en un contexto donde el partido conservador se encuentra detrás en las encuestas y, por ende, en una situación precaria. Un nuevo canciller "de transición" deberá ser designado, y se especula que Sebastian Kurz, exjefe de Gobierno, podría ser un candidato plausible para este cargo.

Hoy, la dirección del OVP se ha convocado a una reunión a las 10:00 para discutir la compleja situación política actual, según ha revelado un comunicado del partido a los medios. El futuro de la gobernabilidad en Austria está en manos de una decisión que no solo afectará a los partidos involucrados, sino que plantea un desafío económico inminente que el nuevo gobierno deberá afrontar. De acuerdo con la Comisión Europea, se requiere una reducción de gastos de entre 18.000 y 24.000 millones de euros, en un contexto de recesión que ha provocado un aumento del desempleo y un déficit presupuestario que actualmente alcanza el 3,7% del PIB, superando así el límite establecido del 3% por la Unión Europea.