MADRID, 17 Mar.
Diputados de la oposición se sumaron este viernes para enseñar una petición de censura contra el Gobierno de Francia a la que aspiran a sumar a todas y cada una aquellas voces disconformes con las polÃticas del Ejecutivo y, particularmente, con la reforma de las pensiones, más allá de que por el momento no suman suficientes apoyos a fin de que salga adelante.
La idea ha partido de un conjunto que agrupa a miembros del congreso de los diputados de centro y viejos socios del presidente, Emmanuel Macron, y ahora ha recibido el aval de cinco bloques, entre ellos el que agrupa a las formaciones de izquierda. Critican la "brutalidad democrática" del Gobierno, que el jueves volvió a recurrir a una prerrogativa constitucional que le deja sacar adelante una ley sin someterla a votación en la Cámara Baja.
Esta petición de censura "transpartidista", como reza el artÃculo, responde a una reforma que los miembros del congreso de los diputados contrarios piensan "injusta" y que "maltrata a millones de compatriotas". "Votar esta petición de censura es votar contra la reforma de las pensiones", han advertido los firmantes.
El presidente del conjunto que fomenta la petición, Bertrand Pancher, ha apelado en afirmaciones a la cadena BFMTV a la "compromiso" de todos y cada uno de los miembros del congreso de los diputados para "proteger la democracia".
Para que la petición de censura salga adelante, es requisito que la secunden 287 miembros del congreso de los diputados --serÃan 289 en condiciones normales, pero hay 2 escaños vacantes--. El umbral se antoja lejano pero no inalcanzable, más allá de que serÃa preciso que una enorme mayorÃa de integrantes de Los Republicanos, el partido mucho más clásico del centro-derecha, terminasen de romper finalmente con el Gobierno.
Si prospera la petición, supondrÃa la caÃda del presente Ejecutivo y Macron deberÃa entonces designar un equipo nuevo, sin trabas. De hecho, tendrÃa en su mano regresar a denominar a Elisabeth Borne como primera ministra, si bien la imagen de la dirigente ha salido dañada de todas y cada una estas semanas de pulsos parlamentarios y manifestaciones en las calles.
La ley francesa no ordena a Macron a disolver la Asamblea Nacional y, por consiguiente, convocar novedosas selecciones, algo que vienen demandando en estos últimos meses ciertas primordiales voces de la oposición.