El portavoz de la Secretaría General de Naciones Unidas, Stéphane Dujarric, ha informado hoy que los rebeldes hutíes en Yemen han devuelto el control de la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en Saná al coordinador residente en Yemen, Julien Harneis. Este acto se produce una semana después de que los rebeldes asaltaran las instalaciones en la ciudad bajo su control.

Harneis ha confirmado que la oficina parece estar en su estado original y se está realizando un inventario. A pesar de sentirse "alentados por esta medida", ha vuelto a pedir la liberación incondicional de todo el personal de la ONU, las ONG y la sociedad civil detenidos arbitrariamente.

El secretario general de la ONU, António Guterres, ha condenado la entrada forzada a las instalaciones de la oficina y ha reiterado la importancia de tratar a las personas detenidas con pleno respeto a sus Derechos Humanos, así como permitirles comunicarse con sus familias y representantes legales.

Guterres ha expresado su profunda preocupación por el bienestar del personal de la ONU, la sociedad civil, las ONG y otros detenidos arbitrariamente por los hutíes desde hace más de dos meses, exigiendo su liberación inmediata. La situación humanitaria en Yemen es crítica, con más de 18 millones de personas sufriendo consecuencias graves, por lo que Naciones Unidas trabaja incansablemente para abordar esta crisis, aunque la seguridad del personal es primordial.

El secretario general ha enfatizado que los trabajadores de la ONU y sus socios no deben ser objeto de persecución, arresto o detención mientras cumplen sus labores, según su portavoz. Los hutíes, que tomaron la ciudad de Saná en 2014, irrumpieron en la oficina, confiscaron documentación y obligaron al personal a entregar sus pertenencias y las llaves del edificio. El Gobierno de Yemen ha solicitado a Naciones Unidas trasladar sus instalaciones a la ciudad de Adén para garantizar su seguridad tras el asalto de los hutíes.