MADRID, 18 de noviembre.

En un reciente pronunciamiento, Simon Stiell, el secretario ejecutivo de la ONU sobre el Cambio Climático, ha instado a las naciones del mundo a proporcionar lo que ha denominado "torrentes de financiación". Durante un Diálogo de alto nivel en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29), que se lleva a cabo en Bakú, Azerbaiyán, Stiell enfatizó la necesidad urgente de que los países presenten sus Planes Nacionales de Adaptación para el año 2025.

Stiell advirtió que los costos relacionados con la adaptación están experimentando un aumento considerable, lo cual impacta especialmente a los países en desarrollo. Según sus estimaciones, estos costos podrían ascender a 340.000 millones de dólares anuales para el año 2030 y llegar hasta 565.000 millones de dólares por año para el 2050, cifras que, de acuerdo con su análisis, son preocupantes y reflejan la magnitud del reto que enfrenta la comunidad internacional.

En su intervención, Stiell reconoció que las abrumadoras cifras sobre costos pueden hacer que las personas se sientan "un poco anestesiadas". No obstante, hizo hincapié en que tales montos son cruciales, ya que representan la línea divisoria entre la seguridad de las poblaciones más vulnerables y los desastres que pueden arruinar la vida de miles de millones. Este mensaje subraya la importancia de actuar con rapidez y determinación.

El secretario ejecutivo de la ONU destacó el "enorme poder transformador de la adaptación", instando a las naciones a recibir la asistencia técnica necesaria para desarrollar sus Planes Nacionales. Además, solicitó que se explore la posibilidad de implementar "mecanismos de financiación innovadores" que aseguren la llegada de estos vitales "torrentes de financiación".

Además, Stiell apeló a los bancos multilaterales de desarrollo para que reconsideren su enfoque, sugiriendo que deben mirar más allá de las opciones tradicionales de subvenciones y préstamos. Pidió a organizaciones filantrópicas, al sector privado y a donantes bilaterales que redoblen sus esfuerzos con la inmediatez que exige la actual crisis, sin exacerbar la carga de la deuda que ya enfrentan los países vulnerables.

Finalmente, enfatizó la importancia de trabajar en la reducción de los obstáculos burocráticos que frecuentemente dificultan el acceso a estos fondos. Según Stiell, debe hacerse mucho más fácil la obtención de estas "corrientes de financiación", especialmente para aquellos países que son más vulnerables y que suelen enfrentar las mayores barreras en este proceso.

Con un mensaje claro y contundente, afirmó: "La resiliencia está en el ADN de la humanidad. Solo necesitamos los medios".