En un reciente informe desde Madrid, se ha destacado la posición del portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Jeremy Laurence, quien ha emitido serias advertencias sobre la alarmante falta de avances en la COP29 en relación a cuestiones que él califica como "vitales". Laurence enfatiza la urgente necesidad de movilizar una cantidad masiva de recursos financieros, que ascenderían a "millones de millones", para contener el aumento de la temperatura global por debajo del umbral crítico de 1,5 grados Celsius.

Durante su intervención, Laurence apoyó las declaraciones del responsable de Derechos Humanos de la ONU, Volker Türk, subrayando la importancia de una respuesta climática que esté firmemente anclada en los principios de derechos humanos. Laurence hizo hincapié en que no solo deberíamos esperar, sino que deberíamos exigir, que aquellas naciones que han sido más responsables del cambio climático asuman una mayor carga financiera. Aseguró que los países que son más vulnerables a los efectos del cambio climático necesitan acceder a fondos que les permitan implementar estrategias para desarrollar una resiliencia efectiva, así como a remedios que puedan ser de utilidad en la crisis que enfrentan.

Adicionalmente, Laurence expresó su preocupación por lo que considera un retroceso en los acuerdos previos en materia de derechos humanos durante la Cumbre. Reiteró que las negociaciones en la COP29 son fundamentales y que se centran en el destino colectivo del planeta. En su declaración, subrayó que la elección que enfrenta el mundo es extremadamente grave. Nos enfrentamos a una disyuntiva: por un lado, continuar en un camino que él describe como "devastador", o por el otro, optar por una transición que sea "rápida, equitativa y justa", la cual tendría como núcleo los derechos humanos en la construcción de economías y sociedades sostenibles.