La reciente decisión de la Audiencia Nacional ha mantenido en libertad a la exintegrante de ETA, Miren Itxaso Zaldúa, conocida como 'Sahatsa'. Esta determinación se produce tras una condena de 110 años de prisión por su papel en la organización de tres atentados durante su tiempo en el comando 'Basajaun'. Además, se ha impuesto la prohibición de que salga del territorio nacional.

Los magistrados de la Sala de lo Penal, en un auto divulgado por Europa Press, han rechazado la solicitud de prisión provisional hecha por la Fiscalía y la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT). Argumentan que, aunque existe una condena "no firme" sobre Zaldúa, el riesgo de fuga no puede considerarse automático. Asimismo, se destaca que en los tiempos que ha estado en libertad, la acusada no ha eludido a la justicia y ha comparecido ante el tribunal cuando ha sido requerida.

Añadiendo a su justificación, los jueces han señalado que Zaldúa tiene un trabajo en Azkoitia y un fuerte arraigo en Hernani, donde vive con su hijo menor. Además, se menciona que no hay indicios de que posea medios que le permitan escapar, dado que la organización terrorista a la que perteneció está actualmente desarticulada.

No obstante, en su fallo, los magistrados han instado a Zaldúa a que designe un domicilio en España para futuras notificaciones y a informar de cualquier cambio, prohibiéndole abandonar el país sin la autorización del tribunal competente.

Dentro de la misma resolución, la Sala también absolvió a Mikel Carrera Sarobe, alias 'Ata', otro exintegrante de ETA, al considerar que su implicación en los hechos no ha sido probada. En el juicio pasado, ambos acusados negaron haber ordenado la ejecución de los atentados, mientras que la Fiscalía reclamó para ellos penas de hasta 167 años, argumentando que Zaldúa lideraba el comando y que 'Ata' ocupaba una posición de relevancia.

La sentencia indica que Zaldúa fue condenada a 60 años de cárcel por tres delitos de estragos terroristas, 45 años por otros tres de lesiones, tres años por robo de vehículo y dos años por falsificación de documento oficial. Sin embargo, fue absuelta del atentado contra la Universidad de Navarra, que también estaba bajo reproche.

Según los hechos probados narrados por los magistrados, Zaldúa fue coordinadora del comando 'Basajaun' de ETA en el año 2002, cuyo objetivo era conseguir la independencia del País Vasco a través de actos violentos. Como líder del grupo, se la acusa de planificar y dirigir tres ataques terroristas, estableciendo objetivos y ofreciendo los medios necesarios para llevar a cabo dichas acciones, que fueron ejecutadas por miembros del comando que permanecieron no identificados.

Una de las acciones más significativas fue la explosión de un artefacto en el centro comercial El Corte Inglés de Zaragoza, ocurrido el 21 de junio de 2002. Este atentado dejó un cráter de grandes dimensiones y causó heridas a tres personas, además de daños al establecimiento y a varios vehículos aledaños.

El explosivo utilizado, según la Sala, tenía un peso de entre 70 y 80 kilogramos y estaba colocado en el interior de una furgoneta, conforme a las instrucciones impartidas por Zaldúa. Las otras acciones terroristas incluyeron detonaciones en dos instalaciones navarras, todas bajo las órdenes directas de la acusada, lo que refuerza su culpabilidad.

Un aspecto clave para la condena fue una carta atribuida a Zaldúa, que fue vinculada a su participación en estos actos terroristas. El fallo judicial tuvo en cuenta no solo las declaraciones de los acusados y de miembros de las fuerzas de seguridad, sino también informes periciales y evidencia documental que apuntaba a su responsabilidad directa y voluntaria en los atentados.

Los magistrados dieron especial importancia a documentos incautados durante la detención de otros miembros de ETA, así como a pruebas facilitadas por Francia en el contexto de un acuerdo bilateral para investigar las actividades de la organización terrorista, destacando particularmente la 'carta BS' que evidencia la implicación de Zaldúa en los hechos.