Crónica España.

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Juan del Campo: "En eslalon, un segundo separa al dorsal '1' del '20'"

Juan del Campo:

El esquiador vizcaíno Juan del Campo se muestra optimista ante el inicio de una nueva temporada de la Copa del Mundo de Esquí Alpino y celebra los avances logrados. Sin embargo, también advierte que el desarrollo de un corredor que compita al más alto nivel implica un periodo de preparación que puede extenderse hasta una década. Del Campo está decidido a acercarse lo más posible a las primeras posiciones en su especialidad de eslalon, donde ha demostrado su potencial, especialmente cuando compite en condiciones favorables.

En declaraciones a Europa Press, el esquiador español comparte su perspectiva sobre la temporada que arranca, recordando que, aunque se avecinan eventos de gran prestigio como el Mundial y los Juegos Olímpicos, todavía quedan numerosas carreras de la Copa del Mundo por delante. Asegura que la competencia en este circuito sigue siendo la más intensa, incluso más que en eventos que suelen atraer más atención mediática.

El ritmo de la Copa del Mundo es incesante. Del Campo señala que, una vez comienza la temporada, los deportistas se ven inmersos en un ajetreo constante. Se desplazan entre estaciones de esquí, entrenan y compiten, lo que exige una gran capacidad de adaptación a distintas condiciones. No escatima en detalles al describir el proceso: tras entrenar unos días, se prepara para competencias que cambian de sede rápidamente, lo que pone a prueba tanto a los atletas como a sus equipos de apoyo.

La diversidad de escenarios de competición también representa un reto; competir en diferentes lugares exige un constante ajuste a las condiciones climáticas y de pista, factores que pueden marcar la diferencia en los resultados. Del Campo enfatiza que en eslalon, una variación mínima de tiempo puede ser la barrera que impida el acceso a las mejores posiciones, subrayando la importancia de cada fracción de segundo.

Lograr estar entre los 30 mejores es un objetivo que el atleta considera significativo. No obstante, reconoce que el nivel de exigencia ha llevado a que se valoren de forma diferente los esfuerzos, ya que el equipo de Del Campo ha entrenado junto a competidores que han estado en lo más alto, lo que les permite medir su rendimiento en un contexto competitivo real.

La importancia del dorsal de salida es otro aspecto que recalca; el lugar desde el que se inicia la carrera tiene un impacto considerable en el rendimiento. Las estadísticas de la Copa del Mundo revelan que la diferencia entre los tiempos es muy estrecha, haciendo imprescindible que los competidores mantengan un nivel excepcional en cada carrera. Esto crea una dinámica donde se vuelve vital minimizar cualquier tipo de error, ya que cada logro depende de una concentración absoluta durante el descenso.

Del Campo, que ha vivido la tensión de perder una oportunidad de entrar en el 'Top 10' por un error en su técnica en su anterior participación, habla abiertamente sobre las frustraciones que conllevan las competiciones al más alto nivel. La velocidad y la presión del momento hacen que cualquier fallo pueda resultar decisivo, obligando a los esquiadores a lidiar con el estrés inherente a su deporte.

El esquiador también comenta sobre el trabajo realizado por la Real Federación Española de Deportes de Invierno (RFEDI). Según él, el enfoque ha cambiado notablemente en los últimos años. Asegura que se están utilizando experiencias pasadas para mejorar la formación de jóvenes talentos en el esquí, algo que les da una ventaja al contar con guías experimentados que han recorrido este camino anteriormente.

A pesar de los avances, Del Campo reconoce que aún queda un largo camino por recorrer para alcanzar el nivel de las naciones que históricamente han dominado este deporte. La infraestructura y los recursos que poseen países con mayor tradición en el esquí hacen evidente la diferencia en la formación de los atletas desde jóvenes, algo que suele marcar el rumbo de su carrera deportiva.

Finalmente, Del Campo reflexiona sobre la inversión necesaria para seguir en la senda de la competitividad internacional. Si bien reconoce que la creación de un corredor de élite en el esquí alpino puede tardar más de diez años, también es consciente de que esa inversión puede implicar sacrificar recursos de otras disciplinas deportivas. No obstante, mantiene firmemente que el esquí sigue siendo fundamental en el ámbito deportivo invernal y que la inversión es esencial si se quiere aspirar a un mayor reconocimiento y éxito en este deporte.